“El radicalismo está en riesgo de no llegar todo junto a la elección del 2007”, dice Margarita Stolbizer. Del otro lado del teléfono, la secretaria general de la UCR no hace ningún esfuerzo por minimizar el debate interno que desató en su partido la convocatoria a la concertación. Crítica frente a la propuesta, que considera “una estrategia de Kirchner para cooptar dirigentes y sumarlos a su propio proyecto”, Stolbizer cuestiona a los radicales proclives a acordar para el 2007. “Como no tenemos seguridad de mantener solos los espacios de gobierno propios, ni las bancas en el Congreso, tratamos de colgarnos de alguien que nos asegure esos lugares. Pero al debate hay que darle sustento político e ideológico.”

–¿Cómo vio el acto del 25?

–Como típicamente peronista... lo que no es ni bueno ni malo, muestra el realineamiento del PJ detrás de la figura del Presidente, incluidos los intendentes duhaldistas y el sindicalismo menemista.

–¿Y el llamado a la concertación?

–Me parece que hay una tergiversación del concepto, porque Kirchner habló de pluralismo, pero después lo aclararon y se vio que, para ellos, se trata de uniformidad. Yo creo que en realidad, tiene que ver con una estrategia de cooptación de dirigentes.

–Hay radicales que ya hicieron alianzas con el Gobierno: en Corrientes, por ejemplo. ¿Esto podría extenderse?

–Sí, creo que puede extenderse, más allá de que en Corrientes se trataba de ganarle al régimen de los Romero Feris. Pero siguió Santiago del Estero.

–Y está Julio Cobos, el gobernador de Mendoza, que habló de una concertación a la chilena.

–Eso no es viable, porque la concertación chilena se hizo entre partidos políticos. Lo que Cobos impulsa es la discusión interna dentro del radicalismo para ver si podemos incluir en nuestras estrategias una coalición con el Gobierno. Yo me animaría a decir que esto no va a encontrar ningún asidero en la UCR.

–¿La UCR puede quebrarse en este proceso?

–Creo que hay algunos que ya demostraron que tomaron la decisión de acompañar el proyecto de Kirchner, y ésta no es la posición del partido. Pero la UCR está en riesgo de no llegar toda junta a la elección del 2007.

–Pero el debate interno en la UCR está; ¿cómo vienen los porcentajes, cuánto radical puro y cuánto radical K ve dentro del partido?

–(Se ríe.) La verdad, no se puede cuantificar. Está muy focalizado en algunos lugares del interior, donde los radicales gobiernan. Yo no quiero caer, como otros, en buscar tablas de salvación, para que nos resuelvan desde afuera una situación crítica que debemos solucionar desde adentro. Me preocupo cuando la posibilidad de un frente está más pensada para salvarse que para definir un proyecto político. Hoy todo lo que hay es eso: tablas de salvación. Como no tenemos seguridad de mantenernos solos con espacios de gobierno propios, con bancas en el Congreso, entonces tratamos de colgarnos de alguien que nos asegure esos lugares. Creo que al debate hay que darle sustento político e ideológico, no puede ser simplemente una decisión de oportunidades.