“No estamos acá para ocupar cargos”, aseguró la diputada, que volvió a descartar la posibilidad de hacer alianzas. Hizo un acto sencillo al que asistieron 150 dirigentes de su partido.
Desde Mendoza
“Yo podría haber sido la candidata mimada del rejunte de la derecha de negocios y la centroizquierda que avanza por los cargos; el mascarón de proa y el blanqueo de una alternativa disciplinada al poder económico, pero estamos renunciando a esta táctica perversa”. Con esa frase, la líder del ARI, Elisa Carrió, echó a rodar su candidatura a presidente para 2007 y, a la vez, explicó por qué irán sin alianzas. Frente a un plenario nacional del partido, Carrió se explayó durante dos horas en un ámbito de debate académico, inusual para el lanzamiento de una candidatura. “No tengo la más mínima preocupación por una victoria o una derrota. No estamos acá para ocupar cargos”, aclaró Carrió, quien sostuvo que “la estrategia es cultural, de natalidad, y da cuenta del mundo que viene y no nos deja en la Plaza del ’73”.
Con las montañas de fondo, el auditorio de un hotel en Guaymallén sirvió como escenario despojado –tan sólo había una bandera argentina y un cartel del ARI– para el plenario, al que asistieron cerca de 150 dirigentes de 20 provincias. El contraste con el acto del 25 de Mayo fue deliberado: Carrió habló ante un grupo reducido de militantes, sin escenario, sin locutores y sin un discurso tradicional de campaña. Sus palabras se asemejaron más a una disertación académica –hilvanó a más de una veintena de autores, entre ellos, Michel Foucault, Jean Jacques Rousseau, Tzvetan Todorov, John Stuart Mill, Jürgen Habermas y la Escuela de Frankfurt completa– y las respuestas del público se dirigieron en el mismo tono, con profusas citas de Antonio Gramsci o Max Weber. La líder del ARI respondió también a las internas que existen en las provincias (ver aparte).
El lanzamiento de la candidatura y la decisión de ir sin alianzas un año antes de las elecciones obedecen a una estrategia que busca contener a los cuadros del partido ante un escenario fluctuante en el arco opositor. También funcionó como una respuesta a las versiones de una alianza entre Carrió y el líder de Recrear, Ricardo López Murphy. “No es con un rejuntado que se construye el nuevo paradigma. La gente se rejunta por espanto y ambición, pero se une por utopías. Por eso, vamos solos”, destacó. “Los partidos que tuvieron esa táctica se perdieron en el camino: el Frepaso, el PI, la democracia cristiana”, enumeró.
Sí dejó lugar para llegar a un “acuerdo de conductas” con otras fuerzas políticas. “Debemos establecer un diálogo en la diferencia. Triunfaremos no con una banca o una presidencia, sino cuando todo el arco político pueda celebrar este acuerdo por redistribución de la riqueza y por la república”, auguró. En el documento que se consensuó en el plenario, donde se respalda la candidatura de Carrió, se dejó en claro que ante una crisis institucional el ARI buscará “convocar a hombres y mujeres que, aunque pertenezcan a otras fuerzas partidarias hayan demostrado decencia e integridad”.
De ese acuerdo podrían formar parte –según el paladar del ARI– la ex diputada de Izquierda Unida Patricia Walsh, el titular del Comité Nacional de la UCR, Roberto Iglesias, y el remanido López Murphy. No serían de la partida, en cambio, otros radicales –como el gobernador mendocino, Julio Cobos–, el neuquino Jorge Sobisch y el diputado part-time Mauricio Macri, a quien Carrió le dedicó un párrafo. “No somos presidentes de un cuadro de fútbol, no estamos en el recinto y opinamos como si se tratase de un partido”, apuntó.
También volvió a ser blanco de sus críticas la plaza del kirchnerismo. “El 25 de Mayo marca una bisagra y para algunos es la muestra del mayor poder, del aparato invencible”, señaló. “¡Qué fálico que es ese nombre, ‘el aparato’!”, aprovechó para bromear ante las militantes, que supieron ponerle un toque feminista al encuentro, cuando un dirigente mendocino de Godoy Cruz llamó a “poner huevos” (“¡Y ovarios!”, fue la respuesta).
“Los Moyanos y los Barrionuevos son invencibles, ésa es la mirada de la resignación histórica más colosal”, afirmó Carrió, quien definió al PJ como “un partido que quiere para sí el monopolio de la opinión y aniquilar la diferencia”, donde “los sujetos corren para ver quién es más obsecuente”. “El caso de (el jefe de la bancada kirchnerista de Diputados, Agustín) Rossi es paradigmático en ese sentido: cuanto más obsecuente, más débil y si no, es un traidor”.
“Kirchner usurpó la palabra ‘plural’ y le quitó el sentido, que está languideciendo en los zapatos sucios del Presidente”, fustigó Carrió, que cargó nuevamente contra la concertación kirchnerista. “Pluralismo es poder articular el debate de la diferencia. El pluralismo no existe cuando los que están conmigo vienen porque están pagados. Que no se confunda el pluralismo con el sistema de cooptación más brutal por el quiebre de conciencias”, pidió la dirigente, que le solicitó a sus militantes que resistan la “tentación mayoritaria, que viene de la concepción de (Julio Argentino) Roca y de (Juan Domingo) Perón y que se ve en el simulacro vándalo de Kir- chner, como final trágico y sin cultura”.
Tras el discurso de Carrió, el plenario entró en un estado de asamblea. La mayoría de los dirigentes (entre ellos, los bonaerenses Marta Maffei, Eduardo Macaluse y Carlos Raimundi) coincidió con la estrategia de no buscar alianzas electorales. “Pocos partidos tienen una discusión de esta índole en el comienzo de una candidatura”, destacó la diputada Marcela Rodríguez, en referencia al estilo académico y reflexivo que predominó en el encuentro. “Lo rico es que Lilita nos invita a discutir y a construir”, concluyó.
Informe: Werner Pertot