“Ojalá que esto estimule a (el juez Ariel) Lijo y le permita actuar sobre quienes nosotros venimos pidiendo desde hace 14 años. Es una herramienta de esperanza, una nueva posibilidad, pero sobre todo ratifica lo que Familiares viene diciendo desde hace 14 años sobre la responsabilidad del Estado argentino, hoy con nombre propio y con importantes pruebas. Ahora tiene que decidir Lijo, esperemos que no se amilane por los nombres y el cargo que ocupaban, que pida el desafuero, y veremos qué actitud toma la Cámara de Senadores”.

–¿Qué expectativas tienen?

–El poder político tiene en sus manos una decisión de suma importancia, y veremos qué es prioridad, si el apellido y el cargo, o la muerte de 85 personas y el encubrimiento que produjeron todos los involucrados.

–¿Cree que estas personas conservan poder?

–Desde hace 14 años estamos marcando estas responsabilidades, habíamos pedido la indagatoria por algunas pruebas que tenía el juez Lijo para llevar a juicio a Anzorreguy, a Beraja. Con estas mismas pruebas correspondía la indagatoria de Corach, Menem y Antonietti. No necesito que caiga en desgracia nadie, pero hoy la prioridad es la vida de 85 personas, de los centenares de heridos, de la sociedad que pide justicia por el atentado a la AMIA, para quienes lo hicieron y para quienes permitieron que esto sea una vergüenza nacional.

–¿Esta causa es una nueva oportunidad luego del anterior juicio?

–Es producto de ese lamentable juicio donde vimos cómo se frustró la posibilidad de saber la verdad. Bienvenido sea esto que alimenta la llamita de esperanza de los familiares y de los que sintieron que les ocurrió a ellos mismos. Necesitamos que todos los responsables, por acción y por omisión, estén presos y juzgados. El juez debe determinar cuánto peso tiene lo que le entregó el fiscal, que no hizo una investigación a medias. De una vez por todas ellos tienen que dejar de dormir tranquilos en sus casas, tienen que saber que la Justicia les golpeó la puerta para que paguen por lo que hicieron.