En el panel sobre “Independencia judicial”, la mayoría de los expositores insistió en que la posibilidad de ejercer su función sin condicionamientos está atada a quién y cómo controla el manejo del dinero. La independencia se ve afectada, dicen, si para mover una partida hay que pedirle permiso al jefe de Gabinete. “Se necesita capacidad plena de gestión en el manejo presupuestario”, enfatizó Daniel Marchi, el administrador de la Corte, tras explicar las bases del anteproyecto de ley que, se supone, será entregado en el Congreso al término de la Conferencia de Jueces. Abel Fleming, presidente de la Federación Argentina de la Magistratura, llevó el reclamo más lejos, al señalar que la propuesta de la Corte debería sumar el pedido de un piso mínimo presupuestario para las Justicias de las provincias. Habló de “inequidad” y de “urgencia” y se ganó un record de aplausos de los jueces que lo escuchaban. Antes, el camarista laboral Mario Fera había hablado de otra arista de la independencia también vinculada con la plata, que es la llamada intangibilidad de los salarios de Sus Señorías. Dijo que es su preocupación y la de la corporación judicial en general la existencia de proyectos para que los magistrados tengan que pagar el impuesto a las Ganancias. “La irreductibilidad de las compensaciones es un derecho constitucional, no es un privilegio”, sostuvo. Ricardo Recondo, de la Asociación de Magistrados, al final dijo que los jueces se deben “una autocrítica” en relación con la independencia personal. “El juez debe ser independiente y si sabe de derecho, mejor”, bromeó.