Domingo, 28 de mayo de 2006 | Hoy
La Cruz Roja informó que al menos 200 mil personas resultaron damnificadas. El epicentro se registró en el mar, pero no se provocó un maremoto. Varios países anunciaron que enviarán ayuda.
Más de tres mil personas murieron y varios miles resultaron heridas a causa de un terremoto de 6,2 grados en la escala de Richter que sacudió los alrededores de la ciudad indonesa de Yogyakarta, en la isla de Java. “Salí corriendo de mi casa después del sismo y de inmediato vi casas con graves daños o directamente derrumbadas. Fue el sismo más poderoso que vi en mi vida”, contó Imam Purwadi a la agencia Ansa.
El Ministerio de Asuntos Sociales de Indonesia reportó que fueron 3002 los muertos, aunque la cifra puede ser aún mayor debido a las tareas de remoción de escombros que realizaban los equipos de socorristas. “Aún hay cadáveres y sobrevivientes entre los escombros”, dijo Fajar Haryono, del centro de catástrofes estatal en Yogyakarta, a DPA.
La Cruz Roja Internacional informó que al menos 200 mil personas resultaron damnificadas por el terremoto y temen regresar a sus casas por el riesgo de réplicas. Además, miles de personas fueron atendidas en hospitales de la zona, que tienen su capacidad colmada, y cientos de edificios quedaron destruidos.
Un médico del Bethesda Hospital, el más grande de Bantul, aseguró a la agencia Ansa que el centro “está en total emergencia, no hay camas disponibles y los heridos son colocados en los corredores. Muchos de ellos están en graves condiciones”.
Como faltaban ambulancias, las víctimas fueron transportadas con todo lo que pudiera conducir a las clínicas. Testigos dijeron que varias personas que gritaban de dolor fueron llevadas a los hospitales en automóviles particulares, motocicletas, bicicletas y hasta carretas tiradas por caballos. Algunos de los cadáveres recuperados esperaban apilados en los bordes de las calles para ser retirados. “Tratamos de sacar nosotros mismos a los sobrevivientes, no podemos esperar a otros”, señaló Agus Susanto, habitante de un distrito fuertemente afectado de Bantul.
El epicentro del terremoto se registró en el mar, a una profundidad de 33 kilómetros. Los expertos del Centro de Terremotos de Yakarta descartaron que el sismo, que se registró cerca de un volcán que mantenía a la isla bajo alerta máxima desde hace semanas, haya provocado un maremoto. Desde el Departamento de Vulcanología de Merapi se indicó que “tras el sismo hay más humo saliendo del cráter”.
Las terribles imágenes del desastre ocasionado por el tsunami hace un año y medio quizá habían comenzado a desvanecerse, cuando la violencia de la naturaleza volvió a azotar una vez más el enorme archipiélago conformado por 18.000 islas.
El presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, se preparaba ayer para viajar en avión a la ciudad de Solo para inspeccionar los daños y coordinar las labores de ayuda y evacuación. El aeropuerto de Yogyakarta fue cerrado debido a la aparición de grietas en la pista de aterrizaje y despegue y a causa del derrumbe de una sala de espera. La comunicación ferroviaria entre Yogyakarta y Solo fue suspendida tras el colapso de una estación. El terremoto también causó cortes en el suministro de electricidad y afectó las líneas telefónicas, por lo que se dificultó la tarea de cuantificar los daños.
Por ahora no se sabe cómo Indonesia, que se vio fuertemente estremecido por el tsunami, afrontará esta nueva catástrofe. La Comisión Europea aprobó fondos de emergencia por tres millones de euros, mientras Italia y Gran Bretaña dispusieron también ayuda, al igual que Unicef.
Tras un pedido del papa Benedicto XVI, la Conferencia Episcopal italiana dispuso de dos millones de euros (unos 2,5 millones de dólares) para las víctimas. También el gobierno de Japón anunció el envío de un equipo de emergencia, que incluye personal médico.
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