La fiscalía pidió que se condenara a 14 años de prisión al ex policía Néstor Moronio, a quien consideró responsable del delito de “homicidio simple con dolo eventual” de Leandro Bazán, el chico de 13 años que fue baleado en noviembre de 2001 cuando el acusado intentó repeler el supuesto intento de robo de su auto. “Quiso matar y mató”, sentenció la fiscal. Según las pericias, Leandro recibió un disparo a menos de 80 centímetros. Por el caso estuvieron presos en Olmos cuatro años y tres meses, sin sentencia, los dos sospechosos del asalto que nunca se concretó. La familia del chico asesinado apoyó el pedido de la fiscal, mientras que el defensor de Moronio pidió su absolución. La sentencia se conocerá el próximo martes.

El crimen ocurrió el 28 de noviembre de 2001, cuando Leandro se dirigía a una casa de computación a hacer un trabajo para la escuela y al llegar a Reconquista y Caxaraville, en Gerli, fue herido por uno de los proyectiles de un tiroteo que se desarrollaba a pocos metros. En el sumario policial figura que Moronio –que se encontraba frente a su casa y a pocos metros de la víctima–, al intentar resistirse al robo de su auto se tiroteó con tres ladrones. Uno de ellos finalmente falleció en el hospital.

Ayer, la fiscal Marcela Dimundo hizo hincapié en los dichos de un testigo, vecino del ex policía, quien “estaba en el garaje de su casa y en ese momento escuchó disparos. Vio cuatro pies pasar por debajo de la puerta que corrían y luego vio al policía apuntando en dirección al cuerpo de Bazán”. Según ese testigo, “Leandro le dijo al policía que no disparara porque él no tenía nada que ver”.

La fiscal también subrayó que los funcionarios policiales que actuaron luego del hecho lo hicieron de “forma irregular”, por ser compañeros de trabajo del sospechoso, cuestión “que será motivo de otra investigación”, señaló. En el acta, Leandro figura como “el caco número 2”.

Durante su alegato, Dimundo indicó que en “la autopsia de Montenegro (el presunto delincuente fallecido) dio positivo el cotejo con el arma de Moronio”. Aunque no fue hallado el proyectil que mató a Leandro, las pericias mostraron que en su ropa había “granos de pólvora y latón, eso determina la distancia a la que estaba el arma. El disparo que causó la muerte no pudo estar a más de 80 centímetros por los restos de pólvora”, explicó la fiscal. Agregó que Leandro recibió el disparo que “le rompió la arteria aorta” y manifestó su convicción de que “el proyectil que atravesó el cuerpo de Bazán salió del arma de Moronio”.

Por otra parte, la fiscal solicitó que se dictara para Mario Barroso y Esteban Aguirre “cuatro años de prisión por robo con arma en grado de tentativa”, aunque ya estuvieron presos cuatro años y tres meses sin sentencia. “Hace tres meses nos dejaron libres. Mientras tanto estuvimos en el pabellón de homicidas de Olmos con gente a la que no le importa nada”, comentó a este diario Aguirre.

Informe: M. Sol Wasylyk.