Miércoles, 28 de marzo de 2007 | Hoy
SOCIEDAD › EL ABOGADO DE LA FAMILIA DENUNCIO GOLPES Y AMENAZAS
El abogado de la familia de Alfredo Marcenac, el joven asesinado el año pasado por el tirador serial Martín Ríos, renunció imprevistamente ayer al caso. El letrado, Julio Rozas, argumentó que su dimisión es consecuencia del temor que le generaron una serie de atentados, entre ellos una paliza, falsos secuestros y llamados intimidatorios, estos últimos supuestamente relacionados con el juicio, que sufrió a lo largo de los últimos dos meses.
“Alejate de la causa Ríos y tené cuidado contra quién te tirás. Sabemos dónde vivís y dónde te podemos localizar a vos y a tu familia”, aseguró Rozas que le dijeron en una de las amenazas telefónicas que recibió. El abogado relacionó esas palabras con las demandas que inició contra el Estado por lo ocurrido a Marcenac. “Estoy con problemas de salud y tengo una beba de pocos meses. Creo que éste no es un momento propicio para seguir adelante”, se excusó.
Rozas presentó la renuncia ante la jueza de la causa que se le sigue a Ríos, María Fontbona de Pombo, pero extrañamente hasta anoche no se la había comunicado a sus clientes, los padres de Alfredo. “Nosotros nos enteramos por los medios, pero oficialmente no sabemos nada, porque él no nos comunicó su renuncia. Nos sorprende esa decisión”, le comentó Adrián Marcenac a Página/12.
La serie de ataques hacia Rozas comenzó en enero pasado, cuando durante un intento de robo de su auto lo desmayaron al pegarle con un “fierro T” y lo patearon. Como consecuencia de ese episodio estuvo internado una semana y debió ser sometido a varias cirugías plásticas que le reconstituyeron el rostro, que había quedado desfigurado. De todas formas, consultado por este diario sobre si relacionaba la golpiza con su participación en el caso Marcenac, el abogado respondió: “No sé”.
Pocos días después de que le dieran el alta a Rozas, su familia recibió llamados en dos domicilios diferentes, en los que se aseguraba que el letrado había sido secuestrado y se pedía un rescate. Una de las comunicaciones fue atendida por el propio abogado y en ella los delincuentes le reclamaron que se “dejara de joder con Ríos y que tuviera mucho cuidado con iniciar reclamos tanto contra la policía como cualquier organismo del Estado”, contó.
Durante este último episodio, Rozas sufrió un pico de presión, por el que aún se encuentra en tratamiento. El perito de parte de la familia Marcenac, Luis Kvitko, también había renunciado hace varias semanas, pero su decisión no estuvo vinculada con presiones o amenazas.
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