Jóvenes armados con palos y escudos similares a los de la policía intimidaron a pobladores y, sobre todo, a quienes se animaban a circular en vehículos, según reportó la radio Erbol en su sitio de internet.

Dirigentes cívicos, como el presidente del comité cruceño, Branko Marinkovic, intentaron minimizar los hechos de violencia de la UJC al asegurar que en realidad se trataría de miembros del partido gobernante, el Movimiento al Socialismo (MAS).

Pero de acuerdo con radio Santa Cruz, que integra la red Erbol, los agresores "son cívicos y unionistas 'muy cercanos' al presidente del Comité Cívico cruceño" que pincharon los neumáticos de un patrullero, rompieron los vidrios y golpearon a sus tres uniformados, quienes luego huyeron.

Otro grupo agredió bares y cantinas que se mantenían abiertos, donde las personas que aún consumían bebidas esta mañana fueron golpeadas, los negocios saqueados y obligados a cerrar sus puertas.

El paro en la capital cruceña era acatado esta tarde sólo en los primeros cuatro anillos (zonas más céntricas), pero en otros lugares, como Villa 1 de Mayo o los barrios periféricos del Plan 3000, las actividades eran normales.

En el área rural de Santa Cruz, los municipios Cuatro Cañadas y San Julián no acataban el paro de 24 horas.

Situaciones similares se vivían, según la mencionada red informativa y la agencia noticiosa boliviana ABI, en las capitales de los departamentos Beni, Pando, Chuquisaca y Tarija.

En Tarija el paro hasta mitad de la mañana era parcial y sólo se cumplía en el centro de la ciudad, donde había algunos bloqueos de las principales calles para evitar la circulación de vehículos.

En general, choferes de colectivos, organizaciones campesinas e indígenas de los cinco departamentos y las juntas vecinales de Tarija rechazaron el paro por considerarlo "político".

La medida de fuerza fue dispuesta para reclamar el reintegro de los fondos generados por el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), que el gobierno quitó a las provincias para pagar una pensión a la vejez.

En la localidad beniana Rurrenabaque un grupo vinculado a la alcaldía y al prefecto (gobernador), Ernesto Suárez, obligó a suspender sus emisiones a la radio estatal Patria Nueva.

"Un grupo de matones con garrotes, al servicio del prefecto, nos amenazaron por pensar diferente y quisieron asaltarnos", relató uno de los trabajadores de la emisora.