Miércoles, 19 de noviembre de 2008 | Hoy
23:18 › LA RUTA DE LA EFEDRINA
La mansión que posee en la ciudad bonaerense de General Rodríguez el empresario Hernán De Carli, detenido en la investigación de una banda de presuntos narcos mexicanos y de tráfico de efedrina, fue inspeccionada hoy con equipos de alta tecnología y se habrían hallado restos de droga en un sector de la finca, según fuentes del caso.
De la inspección ordenada por el juez federal Federico Faggionato Márquez, que duró más de seis horas, participaron expertos de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) de México, quienes arribaron hoy al país y fueron directamente a la mansión, donde trabajaron con un sofisticado equipo que no existe en la Argentina. Se trata de un escáner móvil que detecta todo tipo de sustancias, dinero o droga.
El funcionamiento del aparato consiste en ingresarle una tarjeta plástica con distintos chips, cada uno de los cuales responde a los distintos elementos que se quieren buscar, informaron fuentes de la investigación.
El escáner detectó en un sector del jardín de la mansión una sustancia que sería droga, por lo que el área fue vallada con una cinta y los restos encontrados fueron remitidos a la Dirección de la Policía Científica del Ministerio de Seguridad bonaerense, con asiento en La Plata, para ser peritados con el fin de certificar de qué se trata.
En la diligencia estuvieron presentes Faggionato Márquez (juez del departamento Zárate-Campana) y los fiscales de Mercedes Juan Ignacio Bidone y Daniel Vivanco, a cargo de la causa por los crímenes de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, los empresarios que fueron hallados asesinados en un descampado de General Rodríguez, cercano a la mansión de De Carli, situada en Los Tilos 487.
La inspección a la vivienda que había sido allanada la semana pasada fue para buscar restos de efedrina o metanfetaminas, y a raíz de versiones de un testigo de identidad reservada en torno a que el lugar contaría con un espacio subterráneo en el que podrían haber estado cautivos Forza, Ferrón y Bina antes de ser asesinados. Sin embargo esto no pudo determinarse en las pericias.
Incluso, a través de una bomba centrífuga se vaciaron dos piletas de una vivienda vecina sin resultado positivo.
En el lugar estuvieron el propio De Carli (38), quien al cabo de la inspección fue llevado nuevamente a la comisaría de Garín en la que está alojado; su abogado, Gustavo Hechem, y el de los familiares de las víctimas, Miguel Angel Pierri. También estuvieron autoridades policiales.
Los expertos recorrieron minuciosamente el predio con el escáner de última generación capaz de detectar a través de las paredes o bajo tierra, por ejemplo.
El aparato -con forma de una especie de aerosol- fue manejado por un agente de la SIEDO, a quien se pudo ver a través de las imágenes de televisión con su rostro cubierto con un pasamontañas.
"No puede mostrar la cara simplemente porque si su imagen la ven en México, seguro que es hombre muerto", dijeron fuentes de la investigación.
En su declaración de ayer ante el juez, De Carli había manifestado su inocencia y negó conocer tanto a las personas involucradas en la denominada "ruta de la efedrina" como en el triple crimen.
El testigo que lo involucró había señalado que una tercera persona le dijo que el día del crimen la camioneta de De Carli, una Dodge Ram, estuvo en el lugar donde luego aparecieron los cuerpos.
Y que allí también estuvo el jefe de calle de la comisaría primera de General Rodríguez, el teniente primero Darío Atrio, detenido en la causa de la efedrina.
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