La particularidad del testimonio es que el magistrado se constituyó en el domicilio del médico "teniendo en cuenta que se trata de una persona mayor de 90 años a quien se le dificulta ir a tribunales y subir escaleras" explicó el juez federal Hugo Sastre.

Sastre dijo al salir del domicilio de Viglione que la declaración fue "muy rica" en una causa que "es tan curiosa que ni siquiera figuran en el expediente que reabrimos los certificados de defunción de quienes murieron en esa jornada".

"Tampoco existe un detalle de dónde están sepultadas las víctimas por lo cual debemos rearmar un rompecabezas partiendo de buscar en qué cementerios están por si debemos exhumar los cuerpos para las pericias forenses", sostuvo Sastre.

El testimonio de Viglione es considerado importante por tratarse del primer médico que llegó a la guarnición militar poco después de producirse el fusilamiento colectivo que permanece impune a pesar de los 35 años transcurridos.

La causa fue reabierta en marzo último con el testimonio de empleados de la base que cumplían funciones en la época.

El 22 de agosto de 1972 murieron en los patios internos de la base y en una improvisada celda donde se disparó a mansalva los militantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, del Ejercito Revolucionario del Pueblo y de Montoneros.