Michael Schumacher vivió con tristeza su última sesión de clasificación en la Fórmula 1, este sábado en San Pablo, al ser traicionado por un problema mecánico cuando Ferrari se mostraba superior a los demás equipos, como lo probó su compañero Felipe Massa, quien saldrá primero en el Gran Premio de Brasil, que se correrá hoy desde las 14 en el autódromo de Interlagos (televisa Fox Sports). Mientras que Massa se mostraba jubiloso saludando a los aficionados que lo aclamaban en la tribuna principal, Schumacher, que hoy disputará su última competencia antes de su anunciado retiro, caminaba cabizbajo hacia el lugar de los comisarios deportivos para ser pesado.

El alemán había partido en la cabeza del pelotón para la tercera sesión clasificatoria, luego de que en la segunda registrara el mejor tiempo, pero su automóvil de repente perdió velocidad en el inicio de dicha fase, víctima de un problema de alimentación, según un ingeniero de la escudería. Este nuevo incidente mecánico, después de la rotura del motor en el Gran Premio de Japón dos semanas atrás, dejó a Schumacher en la décima posición de la grilla de salida, detrás de su principal rival, el español Fernando Alonso, quien con su Renault saldrá en el cuarto lugar.

Las posibilidades de alcanzar una octava corona mundial se redujeron aún más para Schumacher, ya que debe ganar y esperar a que Alonso no marque puntos. “Estoy seguro de que ganar ahora será mucho más difícil”, reconoció Schumacher. “Habrá que sacar el mejor partido a esta situación”, agregó el siete veces campeón de la categoría.

El alemán también partirá detrás del segundo Renault, del italiano Giancarlo Fisichella, que se ubicó en la sexta posición. También, mientras que Renault cuenta con 9 puntos (195) por delante de Ferrari (186) en el Campeonato Mundial de Constructores, la tarea de Schumacher se anuncia extremadamente difícil si quiere ofrecer un nuevo título a su escudería. “No pensaba en el campeonato de pilotos, lo que quería era marcar el máximo posible de puntos para el título de constructores y es por eso que estoy decepcionado”, afirmó Schumy.

Por el contrario, Alonso mostró su satisfacción por el nuevo panorama de cara a la competencia. “Por supuesto, el problema de Michael es un empujón no para mí, sino para el equipo en la óptica del campeonato de constructores”, se felicitó por su parte el español, muy satisfecho por su rendimiento en la clasificación. “El objetivo era ubicarse entre los cinco primeros. Largar desde la segunda línea es perfecto en relación con nuestro enfoque del fin de semana”, continuó el actual campeón del mundo.

Pero el más feliz del sábado era por supuesto Massa. “Es genial alcanzar la ‘pole’ delante de tu público, es fantástico, y ahora puedo pelear por ganar la carrera”, se regocijó Felipinho, quien utilizó en la clasificación un buzo antiflama que combinaba los colores de la bandera de Brasil. Massa tiene razones para estar confiado, ya que parece tener un margen importante de rendimiento sobre sus rivales, aunque el finlandés Kimi Raikkonen colocó su McLaren-Mercedes en la primera línea escoltando al Ferrari, pero su mejor vuelta la cerró con más de medio segundo de retraso respecto del brasileño. “Las Ferrari parecen estar demasiado rápidas, pero vamos

a pelear por estar en el podio”, comentó Raikkonen, afirmando que se contentaría con finalizar en la segunda posición.