El futuro de buena parte del movimiento social que estalló hace más de cinco meses en Oaxaca se definía anoche en una asamblea de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación para decidir el regreso o no a clases de 70 mil profesores, en medio de reproches mutuos entre quienes se inclinan por reabrir 13 mil escuelas en paro y los que cierran filas con la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) hasta la caída del gobernador priista Ulises Ruiz.

Convocada a media semana por el dirigente local Enrique Rueda, la asamblea que se inició ayer por la noche luego de seis horas de retraso decidiría si el magisterio acepta la oferta de la Secretaría de Gobernación para rezonificar sus salarios (la que fue la demanda gremial original por las que iniciaron el paro en mayo), y, en su caso, la fecha de reinicio de clases. Gobernación hizo a un lado el ultimátum que lanzó el lunes pasado a los profesores y decidió esperar a que éstos realizaran una consulta en todo el estado para definir su posición.