El gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, se mantiene firme en su posición: a pesar de que ambas Cámaras del Congreso mexicano exhortaron a que renuncie o pida licencia, él aseguró que no tomará ninguno de esos caminos. Ruiz pudo regresar a Oaxaca esta semana, luego de que la Policía Federal Preventiva (PFP) recuperara parcialmente el control de la ciudad, tomada por docentes y otros grupos sociales que reclaman su renuncia. Mientras fuentes gubernamentales insistieron en que en las próximas horas solicitará licencia, Ruiz reiteró que no dimitirá y sostuvo que cuenta con el respaldo de su formación, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y de la Conferencia Nacional de Gobernadores. Respecto de la decisión de la Corte Suprema de Justicia de desestimar un recurso suyo por la inconstitucionalidad de los exhortos que aprobaron ambas Cámaras del Congreso Federal para que se aleje del Ejecutivo oaxaqueño, el gobernador sostuvo que ese fallo no es una derrota jurídica. “No voy a pedir licencia, porque quienes la piden no son oaxaqueños”, dijo. Además, Ruiz aseguró que él gobierna en Oaxaca y no la PFP, y consideró que las fuerzas federales “pueden irse muy pronto de la ciudad”. El gobernador priísta aseguró que el conflicto se resolverá pronto y él se mantendrá al frente de la administración estatal. “El conflicto se limita ahora a una avenida de la capital, donde está el punto álgido, el corazón de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), que está siendo recuperada. En las próximas horas se normalizará la circulación”, aseguró Ruiz. Pero sus opositores también mantienen su postura, y no se la harán fácil. La APPO convocó para hoy a una megamarcha, para la que ayer partieron al menos diez micros con simpatizantes desde México Distrito Federal, a unos 500 kilómetros, y se prevé una nueva jornada de tensión por la presencia de las fuerzas federales.