Desde hoy comienza en Tokio, Pekín y Seúl una ronda de reuniones entre representantes del Departamento de Estado estadounidense y funcionarios japoneses, chinos, rusos y surcoreanos. Corea del Norte los trajo a todos de nuevo a la mesa de negociaciones a seis bandas, suspendida desde noviembre de 2005. La política del régimen de Pyongyang de caminar por la cuerda floja sigue dándole frutos.

Corea del Norte ya ha logrado su cometido. El martes pasado mantuvo un diálogo bilateral con Estados Unidos, mediado por China, y consiguió el compromiso para que en la venidera reunión multilateral por el tema nuclear se debatan las sanciones impuestas sobre su país. El gobierno de Pyongyang pretende que Washington levante el bloqueo sobre las cuentas bancarias en varias entidades asiáticas, especialmente en el Banco Delta Asia de Macao. EE.UU. acusa a Norcorea de actividades financieras ilegales, como falsificación de dólares y tráfico de drogas.

Para algunos especialistas, Corea del Norte comienza a sufrir un ahogo financiero debido al corte en el flujo de dinero. Otros expertos no descartan ensayos atómicos adicionales. Todos coinciden en que no habrá frutos concretos en las próximas tratativas, menos aún si Norcorea exige el trato de potencia nuclear.

El profesor Kim Yong Hyun, de la Universidad Dongguk, le dijo al multimedio surcoreano KBS que el diálogo vuelve porque han coincidido los intereses de los países involucrados. Para el catedrático, China temía más pruebas nucleares, Corea del Norte una ampliación de las sanciones internacionales, y Estados Unidos un agravamiento de la situación que pudiese influir en las elecciones legislativas del 7 de noviembre.

El gobierno de Seúl, en tanto, continúa descolocado luego de la prueba atómica de Pyongyang, que puso en crisis la política de tolerancia hacia Corea del Norte. El jueves pasado el presidente Roh Moo Hyun nombró a nuevos ministros en Relaciones Exteriores, Defensa, Reunificación e Inteligencia. El mandatario surcoreano reconoció la ineficacia de esa política pero remarcó que no cejará en los esfuerzos para que Norcorea abandone sus programas nucleares.