La ofensiva israelí superó las fronteras nacionales y amenaza con disparar un conflicto regional. Anoche, aviones israelíes sobrevolaron el palacio presidencial sirio, cerca de la frontera con Cisjordania. La fuerza aérea israelí fue dispersada rápidamente por la artillería antiaérea de Damasco. “Queremos recuperar al soldado Gilad Shalit”, aseguró un vocero militar israelí, en referencia al miembro del ejército secuestrado el domingo pasado en la Franja de Gaza.

El gobierno sirio no aceptó esa explicación y denunció la acción de Tel Aviv como una violación a su soberanía. “Si el objetivo de esta operación israelí es responsabilizar a la jefatura política de Hamas del secuestro del soldado, Israel comete un flagrante error”, afirmó la televisión pública siria, que además recordó que fue una milicia palestina y no Hamas la que se responsabilizó del secuestro del soldado. En tanto, otro frente militar podría abrírsele a Tel Aviv. Israel ordenó ayer reforzar la frontera con el Líbano por miedo a que sus ofensivas en Gaza y Cisjordania puedan provocar una reacción por parte del grupo armado libanés Hezbolá. El miedo del gobierno del premier Ehud Olmert se debe a que desde el país vecino queda expuesto todo el sur israelí. El presidente libanés, Emile Lahud, fue uno de los que salió ayer a criticar los ataques israelíes a los territorios palestinos ocupados y, especialmente, a denunciar la ausencia de un rechazo contundente de parte la comunidad internacional.