Hacía mucho que no se veían esas caras. Juntas, sonrientes, felices. Era un regreso a las primeras luces, al centro de la escena y del poder. Qué otra cosa puede ser un Salón Blanco lleno –hubo más de mil invitados– para presenciar la jura del ministro más importante del gabinete. Si hubo una imagen que caracterizó al desembarco de Sergio Ma-ssa en el gobierno, fue el retorno a la Casa Rosada de históricos dirigentes del peronismo bonaerense. En otro tiempo se los hubiera llamado duhaldistas (hoy no se sabe, aunque muchos están volviendo a definirse a sí mismos de esa forma). A la presencia del ex futbolista Fernando “Pato” Galmarini, se le sumaron las de Carlos Catterbetti y Alfredo Atanasof. El primero fue titular del Comfer durante la gestión provisional de Duhalde, el segundo fue jefe de Gabinete en la misma época, hoy es secretario de Promoción de Inversiones de la gobernación bonaerense. Ayer ambos se saludaron con un abrazo, Catterbetti también saludó a Galmarini con visible entusiasmo. El suegro de Massa contó que habla muy seguido con el “Negro” (por Duhalde) y que suele desafiarlo al tenis en el polvo de ladrillo del San Juan Tennis Club.

El regreso de los duhaldistas a la Casa Rosada fue una de las comidillas de la tarde. La presencia de Galmarini, Catterbetti y Atanasof parecía el primer capítulo de un proceso en curso que busca tender puentes hacia todos los sectores del peronismo bonaerense. Incluyendo a los amigos incondicionales de Duhalde. Massa podría ser el puente, la síntesis, que lo haga posible. Quienes lo conocen aseguran que su compromiso político más fuerte es con los intendentes de la primera sección del conurbano. Ese grupo de caciques comunales está integrado por Alberto Descalzo (Ituzaingó), Hugo Curto (Tres de Febrero), Raúl Othacehé (Merlo) y Luis Acuña (Hurlingham), entre otros. Ayer, después de jurar el nuevo cargo, Massa les dedicó su designación y les prometió lealtad. “Ya saben, a partir de ahora tienen un compañero acá”, les prometió. Acuña, un peronista ortodoxo que nunca vio con demasiado entusiasmo al kirchnerismo, lo abrazó exultante.