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Apostillas

- Hebe y Cafiero. Era la pareja más despareja del Salón Blanco y el contraste no podía pasar desapercibido. Quizá para expresar la diversidad actual del kirchnerismo, Hebe de Bonafini y Antonio Cafiero habían sido ubicados en la primera fila, uno al lado del otro. Hebe estaba vestida con un poncho rojo y su pañuelo histórico. Cafiero, a quienes los peronistas gustan llamar “Tony”, estaba en el asiento próximo. Las diferencias no se limitaban a su vestuario. Hebe consideró que el voto disidente del vice Julio Cobos había sido una defección mientras que el ex gobernador bonaerense supo elogiar a la traición al recomendar un libro de dos autores franceses, Ives Roucaute y Denis Jeambar.

- Los que se quedan. La secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti, atravesó el Salón Blanco de punta a punta. Todavía faltaban minutos para que comenzara la jura del nuevo jefe de Gabinete y entre el auditorio se escuchaban cuchicheos sobre su futuro. “No conozco su gestión”, contestaría luego el propio Massa ante la pregunta sobre el desempeño de Picolotti y su eventual permanencia en el cargo. Horas más tarde, por la Rosada comenzó a circular la versión, supuestamente firme, de que Piccolotti había sido ratificada en su cargo por la Presidenta, al igual que los demás secretarios dependientes de la Jefatura de Gabinete.

- Tristeza nao tem fim. Se hacían chistes, intercambiaban gestos cómplices, compartían el silencio. Un rato antes, alguno había levantado la voz para gritar en apoyo de su jefe político cuando el locutor mencionó que se encontraba presente “el doctor Alberto Fernández”. Cuando terminó el acto, el titular de la AFIP Claudio Moroni, el vicejefe de Gabinete Juan Carlos Pezoa y el secretario de Gestión Pública Juan Manuel Abal Medina se juntaron para conversar y así, unidos, se acercaron a saludar al saliente jefe de Gabinete. Moroni se cruzó con el recién nombrado secretario de Agricultura, Carlos Cheppi, y le prometió mucho dinero. “Pezoa dice que no te va a faltar nada”, medio en broma, medio en serio.

- Te quiero mucho. Los dos son hombres de la CTA. Hugo Yasky, su secretario general, y Luis D’Elía, por mucho tiempo su hombre en el territorio. Ambos estuvieron en el Salón Blanco, Yasky en primera fila y D’Elía un poco más atrás, para no ser centro de las cámaras. D’Elía supo cuestionar duro a Alberto Fernández, ayer Yasky mostró una lectura totalmente diferente sobre el ex funcionario: le pegó un puñetazo en el pecho como gesto de reconocimiento. Emocionado, Fernández le contestó con un “te quiero mucho”.

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