Entre los recuerdos que se venden en las tiendas cercanas a los hoteles internacionales hay figuras de Chávez en diferentes actitudes, hechas en cerámica pintada. En una de ellas está sentado en un banco y pasa su brazo sobre el hombro de un flaco narigón de traje y corbata. El flaco en cuestión es el presidente Néstor Kirchner. La artesanía popular da una idea de cómo se percibe aquí la relación entre los dos presidentes.

En medio del remolino que ha creado el maletín de los 800 mil dólares que llegó a la Argentina y las suspicacias que han creado sobre su destino para financiar a grupos políticos, el diario El Nacional, muy crítico al gobierno, publicó un título en su sección de Empresas y Negocios: “Crearán 56 fábricas socialistas”.

La nota en cuestión destaca el convenio con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) de Argentina. “La producción de estas nuevas fábricas socialistas tiene como objetivo fundamental garantizar la satisfacción de las necesidades del pueblo, estimulando el establecimiento de redes socioproductivas en el ámbito industrial a través de nuevas unidades productivas de propiedad social directa o indirecta”, señala un comunicado de la Corporación de Industrias Intermedias de Venezuela (Corpiven).

La propiedad social directa o indirecta es uno de los tipos de propiedad que son reconocidos en la nueva Constitución, además de la propiedad privada. Se trata de unidades productivas administradas por los trabajadores en forma de cooperativa, del tipo de las fábricas recuperadas en Argentina. Algunas de ellas dependen del Estado y por esa razón se las considera “propiedad social indirecta”. Según el convenio, el INTI se hará cargo de la “formación y capacitación de recurso humano venezolano y también se impulsará el apoyo en el área de desarrollo tecnológico industrial”.

El INTI ha dado apoyo de este tipo a fábricas recuperadas durante la crisis del 2001, pero en Argentina no existe una cobertura legal que proteja a emprendimientos de este tipo, como lo demuestra el riesgo que corre en este momento el hotel Bauen, recuperado por los trabajadores, que están a punto de ser desalojados.