Pese al palabrerío pseudofilosófico –al parecer, para ser nacionalista católico argentino hay que escribir como un inmigrante andaluz– queda en claro que a Cabildo lo que le molesta realmente del último “vómito electoral” es que se haya votado a una mujer. No es un caso de simple machismo sino una oposición irreductible, ya que una mujer al mando es cosa antinatural, perversa y pervertida. Para mostrarlo, la revista le dedica su contratapa a una “payada” de 1939 del jesuita Leonardo Castellani, prolífico historiador y ensayista que sólo encontraba objetable del fascismo esa manía de hablar de las masas y no someterse al Papa. Escribió Castellani y festeja Cabildo:

“El caballo sólo cócia/ patea y muerde la yegua.../ pues desde el rétil que anda/ hasta el ave que navega,/ la ira del hombre es bruta,/ pero la mujer es ciega.../ Por eso, pues, las mujeres/ nos ponen en el gobierno/ porque si se enoja y manda/ justicia seca ahora mismo,/ ella agarra un país entero/ capaz que l’hunda al abismo”.