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La Justicia santafesina dio a conocer los fundamentos de las prisiones preventivas dictadas a la madre del novio de Chiara Páez y su pareja, ambos sospechados de participación en el femicidio de la adolescente. El juez Eduardo Bianchini consideró que C.G. y C.A.C. deben permanecer privados de libertad porque la pena que les podría caber como partícipes en el crimen no es excarcelable (la causa está caratulada “homicidio agravado por el vínculo y femicidio” y “aborto no consentido por la víctima”) y porque “han ocultado, alterado pruebas o instrumentos del delito” y aún restan peritajes y entrevistas a testigos. En la resolución, el juez Bianchini señaló, además: “El embarazo y los intentos abortivos probablemente hayan sido la causa que determinó la muerte de la menor”.

La madre de Manuel, el novio de Chiara, y su pareja permanecerán privados de su libertad durante un tiempo no determinado. Además, deberán someterse a peritajes psiquiátricos y psicológicos. “Existen elementos de convicción suficientes para sostener la probable participación de los imputados” en el asesinato de Chiara, “hecho cometido en virtud de la condición de mujer de la víctima”, el 10 de mayo pasado, “entre las 2 y las 4” en casa del novio de la chica y su familia, señaló el juez.

La resolución de Bianchini da cuenta de que C.G. y C.A.C, además de haber tenido participación en el femicidio, obstaculizaron la investigación. La madre del novio de Chiara “manipuló y borró registros de su teléfono celular, (lo) que fue comprobado a través de las pericias practicadas y del contraste de la información vertida por las empresas de comunicación”. “La circunstancia de haber eliminado algunas llamadas y no todas es indicativo de que sólo lo hizo con aquellas que comprometen su situación”, escribió el magistrado y agregó: “También se intentó borrar evidencias al lavar el calzoncillo del menor y ocultar la camisa presuntamente de C.A.C. en el pozo (donde enterraron a la joven), tratando de eliminar evidencias”. El teléfono celular de Chiara, por otra parte, aún no ha sido hallado.

Lo que vincula a C.G. y C.A.C. con el femicidio son contradicciones entre el relato de Manuel, quien confesó haber asesinado a su novia sin ningún tipo de ayuda, y la evidencia de las pruebas materiales: un pantalón, zapatillas, un botín y una bolsa con manchas de sangre hallados en el cuarto de su madre y la pareja de ella; la camisa manchada con sangre encontrada en el pozo, “debajo del cuerpo de la víctima”. Los investigadores presumen que ambos adultos participaron en el crimen por algo que estableció la autopsia: en el cuerpo de Chiara no hay “lesiones que indiquen un mecanismo de defensa”. Sin embargo, los testimonios de al menos tres vecinas afirman que esa madrugada la chica gritaba: “No me pegues más”.