La Cámara de Diputados aprobó y giró al Senado para su tratamiento un proyecto de ley que aumenta las penas de los delitos viales en los casos de muerte y lesiones graves provocadas por automovilistas que se fuguen y no socorran a las víctimas del accidente o se encuentren bajo efectos de estupefacientes o alcohol, e incluye a quienes conduzcan con exceso de velocidad o violen un semáforo. La norma fue aprobada después del caso del joven que supuestamente corría una picada en Haedo y arrolló a siete adolescentes.

En la Cámara baja se sancionó el proyecto que aumenta penas para conductores que provoquen muerte o lesiones graves, y que serán aún mayores si se fugan del lugar del hecho. El texto, aprobado por 202 votos afirmativos y 3 abstenciones, introduce modificaciones al artículo 84 del actual Código Penal y establece un agravante que será de tres a seis años de prisión para los conductores que no asistan a la víctima, incluidos quienes manejen con exceso de velocidad o violen las señales de los semáforos. El proyecto tipifica el concepto de “culpa temeraria” a partir de conductas “imprudentes o negligentes” mediante las que el conductor, además de cometer el hecho, lo haga a sabiendas de que puede causar daño.

En la reunión de la Comisión de Legislación Penal donde se aprobó el dictamen, organizaciones de familiares de víctimas de accidentes de tránsito, como Madres del Dolor, cuestionaron que se mantenga un mínimo de tres años para la pena, aunque el máximo se amplíe a seis años de prisión, porque permite la excarcelación. Pero los legisladores coincidieron en dejar en manos de los jueces la posibilidad de definir el tipo de pena correspondiente de acuerdo con cada caso.

El proyecto fue aprobado horas después del Día Nacional de la Seguridad Vial.

Un estudio del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi) sobre accidentes de tránsito en rutas, realizado en base a más de 4 mil reconstrucciones de siniestros graves ocurridos entre 2004 y 2014, mostró la falla humana como principal causa de los choques. Ese relevamiento afirmó cifras de los que más colisionan: automóvil (42,5 por ciento de los casos relevados), camión (29,8 por ciento), pickup (11,5 por ciento), motocicleta (5,8), utilitario (4,1), colectivo (2,2), maquinaria especial (0,4).

En Haedo, el 5 de abril pasado, a las 7 de mañana, Diego Nicolás Cuevas, a bordo de una Nissan Tiida, atropelló a siete jóvenes de entre 16 y 23 años que regresaban a sus casas caminando por la avenida Rivadavia, luego de asistir a un boliche de la zona. A raíz del impacto, Lautaro Juárez cayó muerto en el acto y los otros quedaron tirados en la calle y en la vereda, muy malheridos. El conductor del utilitario fue detenido y quedó a disposición del fiscal de Morón Alejandro Jons. Del Tiida se secuestró el GPS para verificar la velocidad a la que manejaba. Testigos aseguran que iba a unos 150 kilómetros por hora. Familiares de las víctimas cuestionaron al juez de Garantías Nº 4 de Morón, Alfredo Meade, por haber excarcelado al conductor, de 19 años. Internado en grave estado desde ese domingo fatal, Manuel Lastra murió 23 días después del hecho. Tenía 16 años y era primo de Lautaro.