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Una chica de 13 años fue internada en un hospital de Mar del Plata tras haber sido violada en una fiesta privada en Tandil y, luego, atropellada por una camioneta mientras caminaba a la vera de la ruta 226 para regresar a su casa. Anoche, la niña se encontraba en coma. Sus familiares denunciaron que la chica fue atropellada para ocultar la violación de la que había sido víctima previamente.

La chica fue arrollada el domingo pasado, alrededor de las 7 de la mañana, cuando regresaba de un cumpleaños en compañía de umn hombre de 26 años que solo sufrió heridas leves, y a quien hasta ayer la fiscalía no había interrogado. Ella, en cambio, ingresó al Hospital Ramón Santamarina, de Tandil, con graves traumatismos en la cabeza y diversas escoriaciones en el pecho, el mentón y la nariz, compatibles con heridas de arrastre. Luján, tía de la chica, informó que aunque cayó “en coma, en un sueño del que nunca más despertó”, sí alcanzó a decir a la médica que la atendió en la ambulancia: “Me dejaron sola y me defendí como pude”.

En la guardia del hospital, los médicos descubrieron que, además de las heridas del accidente, la chica presentaba signos de violación en la zona genital, por lo que radicaron la denuncia ante autoridades de la comisaría de la Mujer de Tandil. La causa está siendo investigada por el fiscal 8 de Tandil, Gustavo Morey.

“La nena se había quedado sola” en la fiesta, contó su tía Luján, quien explicó que luego de que sus amigos y una prima se fueran a sus casas, ella se quedó en el lugar hasta más tarde. Por testigos, los familiares supieron que cuando la chica iba a irse de la reunión en compañía de Cisneros, recordó que “se había olvidado la campera” y regresó con él a buscarla. El abogado que representa a la familia de la víctima, Maximiliano Orsini, detalló que aún existen dudas acerca del rol del joven que acompañaba a la chica cuando fue atropellada; el fiscal Morey “ya debería haberlo llevado a declarar” para contar su versión, señaló. “Transcurridos cuatro días debería haber algunos avances más”, aunque faltan testigos porque en Tandil “reina un poquito el miedo”, agregó.