Poco antes de las 11 de la mañana, una manifestación de cientos de taxistas porteños de cinco agrupaciones bloqueó la avenida 9 de Julio a la altura del Obelisco en protesta contra Uber. Una hora después, el bloqueo se extendía desde la avenida Belgrano hasta la avenida Córdoba. Aunque la aplicación está prohibida por la justicia porteña y su operación con tarjetas locales fue bloqueada, el sistema funciona con tarjetas internacionales. Los choferes de taxi de la Ciudad aseguraron que, desde que la aplicación comenzó a operar en el distrito, la demanda de los taxis cayó un 40 por ciento. Por su parte, el secretario de Transporte de la Ciudad, Juan José Méndez, reiteró que “la Justicia ya declaró que Uber es ilegal y no puede funcionar, vamos a hacer cumplir las reglas”. La empresa se limitó a señalar que la aplicación “fue descargada por 550 mil usuarios en Argentina y ya hay unos 37 mil choferes inscriptos para ser socios”.

La concentración de autos comenzó alrededor de las 10, de acuerdo a la consigna de una convocatoria preparada desde hace semanas por taxistas y empresas del rubro.

Con la manifestación, además de protestar contra el funcionamiento de Uber en la ciudad, los taxistas también recordaron el ministro del Interior aún no les respondió el pedido de “una rebaja” en el precio del GCN, “ante el brutal aumento” que registró ese combustible.

“No podemos permitir que esta empresa multinacional ponga en riesgo nuestra fuente de trabajo, vamos a permanecer en la calle hasta las últimas consecuencias”, aseguró el titular del Sindicato de Peones de Taxi, Omar Viviani.

El presidente de la Federación Metropolitana de Taxis (FMT), Enrique Celli, subrayó que hay “mas de 80.000 familias que dependen de este trabajo”. La aplicación, dijo, “no pide carnet de conductor profesional, los autos no tienen seguro para pasajeros, es ilegal y es inseguro, los pasajeros deben tener en cuenta esas cosas”. “En la ciudad son muchísimos los controles que (los taxistas) tenemos que pasar para obtener la licencia profesional. Los autos tienen que aprobar también muchos requisitos y los permisos cuestan mucho dinero, es imposible competir así contra autos particulares que operan con Uber”, agregó.

Viviani señaló que, mientras que “cualquier negocio de barrio que quiere incorporar el pago de tarjetas de crédito necesita cumplir con muchísimos requisitos, esta multinacional viene y no se ajusta ni siquiera a la ley”. “No tienen oficinas ni CUIL, supuestamente no pueden operar con tarjeta pero lo resolvieron haciéndolo con tarjetas internacionales. No podemos dejar que esto suceda”, advirtió.

El secretario de Transporte porteño aseguró que el gobierno de la Ciudad trabaja “para hacer cumplir las normas” y adelantó que se están desarrollando “nuevas herramientas tecnológicas” para el servicio de taxis local. Por otra parte, agregó Méndez, la aplicación “no puede operar en Israel” que es uno de “los países más innovadores del planeta, respeta las normas y no permite el funcionamiento de esta aplicación”.

Al mediodía, mientras el centro porteño quedaba colapsado por la protesta, en la capital de la provincia de Mendoza un centenar de taxis protestaba contra la posible llegada de la aplicación al distrito.