Un obrero de la construcción murió ayer al ser aplastado por una pared, en un edificio ubicado en la esquina de Larrazábal y Ercilla, en el barrio porteño de Mataderos. La identidad del hombre, que tenía alrededor de 45 años, fue mantenida en reserva por la policía. “Se escuchó un temblor y le dije a mi compañero: ‘No se habrá muerto alguno’”, comentó uno de los operarios, al ser entrevistado por la prensa. El trabajador que murió se encontraba manejando una máquina topadora, cuando parte de la pared se vino abajo y se desplomó sobre su cabeza, según dijeron los testigos. Otro de sus compañeros aportó un dato con un gesto de dolor: “Había empezado a trabajar hoy. Había llegado en ese automóvil”. El testigo señaló un auto estacionado cerca del lugar. “Después de sentir la explosión, nos acercamos y vimos que uno de los compañeros había quedado atrapado en la topadora. La pared lo había aplastado. Un desastre.”