“Se movilizaba en bicicleta con una actitud sospechosa”, argumentó el oficial de la policía bonaerense Héctor Guillermo Sabao, cuando le preguntaron por qué persiguió y mató por la espalda al joven Marcelo Fernández en las calles de Remedios de Escalada. Ahora, es uno de los 60 efectivos que el Ministerio de Seguridad provincial exoneró ayer “definitivamente”, por acusaciones de participaciones en homicidios, robos y encubrimientos de delitos como el narcotráfico. Con esta última tanda, ya suman más de 1500 los policías despedidos en la actual gestión de Seguridad bonaerense.

Era la noche del 3 de febrero del año pasado, cuando Fernández tuvo la fatal suerte de cruzarse, mientras pedaleaba en su bicicleta por Remedios de Escalada, con el oficial Sabao. El policía creyó ver en ese pedaleo una acción potencialmente peligrosa y comenzó a perseguirlo. Tras unos metros, abrió fuego a espaldas del ciclista. Uno de los tiros pegó en la cabeza de Fernández, que cayó muerto de su rodado. Por ese episodio, el oficial está procesado en la Justicia penal de Lomas de Zamora.

Ayer, la cartera de Seguridad que dirige León Arslanian anunció que tanto a Sabao como a otros 59 efectivos de la Policía Bonaerense se les impuso la sanción más severa de todas las contenidas en el régimen disciplinario policial. Implica la separación definitiva de la fuerza, la pérdida de todos los beneficios inherentes al cargo y “un obstáculo casi insalvable para volver a desempeñarse en cargos públicos”, señala el comunicado.

Entre el resto de los despedidos, se destacan –si vale la expresión– el capitán Marcelo Falcón y los sargentos Carlos Tolosa y Daniel Espósito, quienes estaban de guardia en la comisaría 9ª de La Plata el 10 de enero de 2005, cuando en el calabozo designado para detenidos por contravenciones se encontró el cuerpo sin vida de Oscar Migone, en una posición que indicaba que se había ahorcado.

Sin embargo, la investigación de Asuntos Internos –siempre según el comunicado ministerial– reveló que la víctima no se había suicidado, sino que había fallecido tras ser golpeado en el cráneo y en los testículos, y luego ahorcado. Al momento del hallazgo, el capitán Falcón se encontraba como jefe de turno del destacamento, mientras que Espósito y Tolosa eran los encargados de custodiar al detenido.

Otro de los casos es el del oficial Jorge Pereira, quien fue exonerado por la acusación que pesa sobre él de haber asesinado a su mujer, a su suegra y a su cuñada con su arma reglamentaria, en un episodio ocurrido en agosto del año último mientras era efectivo de la División Custodia de Objetivos Fijos, Personas y Traslado de Detenidos de Quilmes.

En la lista anunciada ayer también figura el teniente primero Marcelo Barroso, de la comisaría 3a. de Pergamino, quien según la investigación interna advertía a un narcotraficante cada vez que se iba a realizar un allanamiento en su domicilio. Quien recibía las siempre oportunas llamadas telefónicas de Barroso era un particular que estaba investigado por tráfico de estupefacientes.

El error de Barroso fue preocuparse demasiado por los peligros que corría su aliado, y muy poco por los propios. A tal punto que el domicilio que terminó allanado fue el de él, donde se secuestraron tres bolsas con clorhidrato de cocaína y una tira con la inscripción LSD. La conducta del teniente primero fue descubierta a través del cruce de llamadas, del que surgió que antes de los procedimientos sobre el investigado siempre le hacía una llamada.

Con estas sesenta exoneraciones, ya son 1551 las realizadas desde la asunción de Arslanian en Seguridad de la provincia de Buenos Aires, en 2004. Este año ya son cien, ya que en abril pasado la cartera había despedido a 37 efectivos y en marzo a otros tres efectivos.