Domingo, 10 de junio de 2007 | Hoy
SOCIEDAD › LAS DERIVACIONES DE LA ACUSACION CONTRA FACUNDO MACARRON
El crimen de Nora Dalmasso entró en un área que de inmediato generó un debate científico y criminalístico que promete continuar. Las pruebas contra el hijo de la víctima son, como dice el mismo fiscal, “insuficientes”. Las ramificaciones de un asesinato aún sin resolver.
Por Raúl Kollmann
El caso Dalmasso derivará en un debate científico y criminalístico que, en principio, será de difícil resolución. El propio fiscal admite –-y lo puso por escrito en su resolución– que las pruebas contra Facundo Macarrón, el hijo de la víctima, constituyen una “sospecha insuficiente”. Esa es la razón por la que no detuvo a Facundo. Página/12 accedió a algunas de las evidencias en las que cree el fiscal Javier Di Santo. Por ejemplo, los genetistas del Ceprocor, que trabajan para la fiscalía, encontraron “linaje paterno” en células ubicadas en las sábanas, la vagina y la vulva de Nora Dalmasso. El fiscal concluye, por ejemplo, que no pueden ser del marido de Norita, por cuanto las sábanas se cambiaron cuando él ya se había ido de viaje a Punta del Este.
Sin embargo, cinco especialistas del máximo nivel, consultados por este diario –la doctora Ana María Di Lonardo, el doctor Juan José Fenoglio, el criminalista Raúl Torre, el doctor Mariano Castex y el doctor Osvaldo Raffo– evaluaron las evidencias genéticas y criminalísticas y consideraron que no son para nada categóricas. El debate se abre de esa manera, pero al final todo confluye en una afirmación del fiscal: “No tengo pruebas de que Facundo Macarrón haya estado en Río Cuarto la madrugada del crimen”. Y allí está el centro del caso. Si, como asegura Facundo, no se movió de Córdoba Capital y si no se consigue ninguna evidencia en ese sentido, no habrá forma de acusar al hijo de Nora Dalmasso. Y, además, si no fue Facundo, el crimen corre serio riesgo de quedar impune.
El homicidio de Río Cuarto deja una gran cantidad de preguntas en el aire y un debate que seguirá en los próximos meses.
¿Cuál es la prueba que llevó al fiscal Di Santo a acusar a Facundo, con grado de sospecha leve?
–Sin dudas, el informe genético del Ceprocor. El prestigioso instituto de la Unidad Córdoba Ciencia señala que pudo encontrar “haplotipo del cromosoma Y, marcador del género varón” que surgió de la comparación de lo encontrado con la sangre que se le sacó al abuelo de Facundo, Félix. Cuando se encontraron las células, en principio de la piel, pero podrían ser también de esperma, se decidió sacarles sangre a las 26 personas que estuvieron en la habitación inmediatamente después que encontraron el cuerpo de Norita. Eso se hizo para descartar que las células provengan de una contaminación de la escena. El primero que se sacó sangre, por ejemplo, fue el propio fiscal que estuvo junto al cuerpo. Entre las personas a las que se le hizo la extracción estuvo el abuelo, Félix. Por ello el fiscal sabe que el haplotipo encontrado pertenece a los varones Macarrón.
¿Eso significa que las células podrían ser de cualquier Macarrón? ¿Del padre Marcelo Macarrón, marido de Dalmasso; del hijo, Facundo o del abuelo Félix?
–Sí, efectivamente. Además hay haplotipos que son muy habituales y algunos muy raros. El encontrado en este caso es muy raro y por eso el fiscal afirma que es de los Macarrón. Cualquiera de ellos.
¿Se va a poder determinar si son del abuelo, del padre o del hijo?
–Según la fiscalía, no. Es decir que nunca se va a saber de cuál de los Macarrón son esas células. Hay una sola posibilidad –siempre según la versión de la fiscalía–: que las muestras enviadas al FBI permitan determinar no sólo el linaje paterno sino el linaje materno. Ahí sí. Porque, como es obvio, Facundo tiene una madre, Marcelo Macarrón otra madre y Félix Macarrón, otra. La fiscalía dice que si el FBI no lo establece, nunca se sabrá de cuál Macarrón son las células encontradas.
¿Por qué no se puede saber a cuál de los Macarrón corresponden las células encontradas?
–Según la fiscalía y el Ceprocor el perfil genético femenino de esas células no se pudo determinar porque en toda la escena existía una mayoría absoluta de material de la víctima, es decir, de Dalmasso. Ellos afirman que con una porción muy ínfima se puede determinar el haplotipo del linaje paterno pero que se necesita mucho más para establecer el linaje materno y no lo pudieron conseguir. Hay genetistas que sostienen que debió ser relativamente sencillo establecer el patrón genético femenino, con lo cual hubiera quedado claro a cuál de los Macarrón pertenecen las células encontradas.
¿De qué sirve sacarle sangre a Facundo Macarrón? ¿Le van a sacar sangre?
–No sirve de nada en este momento y no habrá extracción. Esto se lo aseguró a Página/12 una fuente de la fiscalía. ¿Por qué? Porque todo lo que dará será el haplotipo que se corresponde con el linaje paterno. Y eso ya lo tienen por la sangre que le sacaron al abuelo.
¿Cómo se encontraron las células que se analizaron?
–La primera respuesta la da una de las máximas referentes en genética de la Argentina, la doctora Ana María Di Lonardo, ex titular del Banco Genético de Datos, que sirvió y sirve, por ejemplo, para la identificación de los nietos de los desaparecidos. “Las células de la piel de las que se obtuvo el ADN fueron obtenidas de las evidencias recogidas en la escena del crimen el día en que se descubrió el mismo”, señala Di Lonardo. El forense Juan José Fenoglio explica que las muestras seguramente fueron recogidas del isopado vaginal que se le hizo al cuerpo de Norita y de las sábanas que se enviaron a analizar. El propio fiscal sostuvo en una entrevista con Telediario Digital de Río Cuarto que “las células serían de la piel, pero potencialmente de esperma”. Esto confirma de dónde se recogieron las muestras.
¿Dónde estaban las células en las que se encontró el patrón genético de los Macarrón?
–Como ya lo señaló Página/12 el jueves, en la vagina, en la vulva (parte exterior del aparato sexual femenino), en las sábanas y el cinturón de la bata, justamente el que se usó para ahorcar a Dalmasso.
¿Por qué el fiscal dice que las células serían de Facundo y no de su padre?
–En realidad, un punto fundamental es determinar si son de Marcelo Macarrón, el marido de Norita. El dormía en la misma cama que ella, mantuvieron relaciones sexuales el lunes anterior al crimen y podrían haber compartido las toallas y la propia bata. El fiscal sostiene, por ejemplo, que algunas células se encontraron en las sábanas y que cuenta con el testimonio de la doméstica que declaró que cambió las sábanas después que Marcelo Macarrón emprendiera viaje a Punta del Este. Por lo tanto, esas células no pueden ser del padre. También argumenta que se encontraron células en la vulva, parte externa del aparato genital de Dalmasso. Como ella se bañaba todos los días, esas células no habrían podido quedar allí si fueran del padre que estaba en Punta del Este. Y respecto de las que están en la vagina, en la fiscalía afirman que la última relación sexual se produjo el lunes anterior y que las células no perviven en ese lugar más de 48 horas. El profesor universitario, forense y anátomo-patólogo Juan José Fenoglio discrepa con esta mirada. “Los espermatozoides sobreviven unas 48 horas, pero las células muertas pueden estar allí una semana entera.” Otros genetistas, que pidieron reserva de su nombre, afirmaron a este diario que la variante más probable es que de la relación que mantuvieron Macarrón y su esposa hayan quedado esas células, que lo mismo sucede en la vulva o que incluso las células pudieran estar en las toallas o en la misma bata. Lo propio ocurre con la sábana: las células de la piel son como el pelo, pueden caer de una toalla, una bata, un cinturón. Di Lonardo pone el dedo en la llaga, con un toque de ironía, recordando que hace varios meses el Ceprocor dijo que no pudo obtener resultados de las muestras: “Es claramente llamativo que primero no se haya obtenido nada y ahora, seis meses más tarde sí y coincidiendo con el patrón del abuelo paterno. El ADN obtenido ha demostrado ser de comportamiento bastante caprichoso”. Como se ve, la fiscalía dice: las células no son de Macarrón padre. Los demás especialistas contradicen: eso no se puede dar por probado de ninguna manera.
¿Por qué las células serían de Facundo y no del abuelo Félix?
–Los testigos dicen que Félix Macarrón no entró en la habitación donde estaba el cuerpo de Norita. Miró desde la puerta. Es decir que las células no pudieron caer sobre la sábana ya producida la muerte de la víctima. El otro elemento que juega a su favor es que aquella madrugada durmió en su casa, junto a su mujer y una hija que no suele vivir en esa vivienda y que aquella noche sí se quedó a dormir y afirma que su padre estaba allí. El abuelo, entonces, tiene una coartada que parece sólida, aunque en la fiscalía quedan algunas dudas, tal vez menores.
En resumen, ¿cuánta fuerza tiene la prueba genética?
–Según el fiscal, tiene mucha fuerza, aunque no decisiva porque científicamente no puede probar a cuál de los Macarrón pertenecen las células. Según los genetistas y forenses consultados por este diario –Osvaldo Raffo, Ana María Di Lonardo, Juan José Fenoglio y Mariano Castex– la prueba es débil. Si las células fueran de Marcelo Macarrón se terminó el debate. No sólo Facundo es inocente sino que, además, hay que determinar quién es el culpable.
¿Es cierto que la coartada de Facundo es endeble y que tiene una discrepancia con su amigo Andy Peralta?
–En la fiscalía afirman que Facundo declaró que cenó en el restaurante Córdoba, frente a su departamento, y se fue de allí a las tres de la mañana, mientras que Andy Peralta afirma que se separaron a las dos de la mañana. El criminalista Raúl Torre sostiene que ni siquiera se puede considerar eso una contradicción. “Cada uno ve las cosas, percibe los horarios, desde su óptica. Es muy común, casi diría que lo más habitual, que dos personas preguntadas sobre algo ocurrido unas semanas antes, tengan esas diferencias en la apreciación del horario.”
¿Qué otro elemento señala el fiscal como indicio incriminatorio?
–Di Santo dice que en la causa existe un informe de la empresa de celulares que establece que Facundo tuvo apagado su celular desde las dos de la mañana hasta las cinco de la tarde del día siguiente. Si lo hubiera tenido prendido, resultaría fácil determinar dónde estuvo durante todo ese tiempo, porque el celular emite una señal que se cursa por la antena más cercana. Facundo, en cambio, declara que no recuerda haber apagado el celular en ningún momento. Quien vuelve a hablar es el doctor en criminalística Torre: “Hoy en día se piensa que con un pelo y una llamada telefónica se esclarecen los casos. No es así. En el crimen de Río Cuarto lo genético no es categórico y ni siquiera hubo una llamada de Facundo Macarrón. Tuvo el teléfono apagado. Y eso no es incriminatorio. Lo que hay que probar es que estuvo en Río Cuarto”.
¿Existe algún indicio de que Facundo estaba peleado con la madre? ¿Alguna declaración de un comportamiento violento, de algún antecedente de lo ocurrido?
–Durante los 20 días que duró el secreto del sumario, el fiscal Di Santo produjo 600 fojas del expediente. Las partes no las pudieron leer todavía y recién lo harán mañana. Mientras tanto, recibieron un informe del fiscal. En ese informe, Di Santo dijo que no tiene móvil del crimen ni razón por la que Facundo hubiera matado a su madre. Tampoco hizo referencia a ninguna declaración que pudiera aportar datos sobre tensiones, enfrentamientos, relaciones amorosas madre-hijo, o lo que fuera que pudieran darle un motivo a Facundo para matar a su madre.
¿Hay algún elemento que pruebe que Facundo estuvo en Río Cuarto esa madrugada?
–No, ninguno. No hay un solo testigo que lo haya visto en esa ciudad, no aparece tomando ningún micro ni en ninguna estación de peaje. El dice que se fue a dormir porque al día siguiente tenía que estudiar y que los datos que figuran en el estacionamiento, donde queda registrada la entrada y salida de cada cochera, indican que el auto no se movió. El fiscal afirma que ese informe no lo tiene y que no ha podido probar en qué cochera estuvo el auto de Facundo esa noche. Lo concreto es que no hay evidencias de ninguna naturaleza que sitúen al joven en Río Cuarto. Si existieran el fiscal hubiera detenido a Facundo.
¿Cómo se llegó a la acusación contra Facundo por abuso sexual?
En el cuerpo de Nora Dalmasso hay lesiones, en la zona genital, en el ano, en los pezones, un golpe en un codo. Aunque al principio el fiscal decía que se trataba de elementos de una relación consentida fuerte, con un amante, terminó inclinándose por la teoría de la violación. De manera que, sí o sí, tenía que acusar por algo parecido a la violación. Al final, se inclinó por abuso sexual, pero sin penetración. En la fiscalía afirman que las lesiones en los pechos y el golpe en el codo son comprobables y que todavía no pueden afirmar que haya habido penetración. Forenses como Raffo, Luis Ktvitko y el criminalista Raúl Torre, que estudiaron el caso, creen que la hipótesis más probable es que el homicida haya violado a Norita. La encontró en la cama, leyendo, se le tiró encima y la violó.
¿Qué pasa con la acusación contra el pintor Gastón Zárate?
–Es obvio que no se puede mantener la imputación, al mismo tiempo, contra dos personas que no tienen relación entre sí. Las pruebas contra el pintor eran muchas y de envergadura:
- Según declaró el amigo del pintor, Carlos Curiotti, Zárate le contó que esa noche fue al Villa Golf, trepó por una zona de la casa, la encontró a Nora acostada leyendo y la violó. La versión tenía credibilidad por dos datos que no se conocían públicamente: los anteojos de Norita estaban tirados en el piso y también se encontró un cuaderno que, aparentemente, estaba leyendo.
- La defensa de Zárate, a cargo del eficiente abogado Enrique Zabala, planteó que Curiotti era una especie de minusválido mental y también la familia de Carlitos dijo que la policía lo apretó durante muchas horas. Eso debilitó su testimonio.
- La novia de Zárate declaró que por aquellos días el pintor andaba con un celular muy moderno. El pintor nunca pudo explicar de dónde lo sacó. Es más, está probado que mintió. Todo indica que se trataba de un Motorola, uno de los dos aparatos que se llevaron de la casa de Dalmasso.
- Respecto del otro celular, un Sony-Eriksson, también hay otra declaración de una persona relacionada con Zárate, que demostraría que tal vez también tuvo ese aparato en su poder.
- La novia y el los padres de la novia declararon que vieron a Zárate tirar un chip al inodoro. El pintor nunca pudo explicar de dónde sacó ese chip y qué razón tendría para haberlo tirado.
- Zárate tiene antecedentes muy graves de violencia. Fue denunciado judicialmente por su madre por intentar ahorcarla, por pegarle patadas y golpes de puño. También su padre lo denunció y los golpes también fueron propinados a los hermanos. La Justicia le ordenó un tratamiento psiquiátrico. La madre, que ahora lo defiende a capa y espada, sostiene que se trató de incidentes domésticos menores.
- La novia declaró que, en una oportunidad, tras una pelea brutal, él se arrepintió y, llorando, le dijo: “Yo no te convengo, soy un violador”.
- El escándalo que produjo la detención de Zárate en Río Cuarto, cuando todos esperaban que apresen a un amante, empresario, rico y político, llevó a que el juez lo dejara libre y tanto el magistrado como la Cámara sostuvieran que las pruebas eran reales aunque insuficientes. En otras palabras, le dijeron al fiscal que espere una prueba todavía más contundente como el ADN. El Ceprocor dijo que no había podido conseguir el perfil genético –ahora sólo consiguió un patrón masculino– y ahora se espera lo que venga del FBI, que tiene más muestras y supuestamente mejores.
¿Cómo seguirá ahora el caso?
La familia Macarrón está muy convulsionada y anímicamente destruida, lo que podría provocar importantes novedades en la defensa en las próximas horas. Por de pronto, irán a declarar numerosos testigos convocados por la defensa y luego el propio Facundo. Criminalistas como Raúl Torre y varios juristas consultados por este diario consideran que imputar al hijo de una víctima requiere de pruebas muy contundentes, no de una sospecha insuficiente, como la que reconoce el fiscal. Esos juristas insisten en que no debió imputarse a nadie y que la lógica indica que tendría que haberse buscado la prueba –si existe– de que Facundo estuvo en Río Cuarto. El fiscal, por su parte, está convencido de sus pasos y todos en Córdoba dicen que la presión fue muy fuerte y la convulsión muy grande. Hoy existe el enorme peligro de que la investigación vaya a un callejón sin salida y que el debate genético y criminalístico termine en impunidad. O, peor aún, que se condene a un inocente.
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