Una prueba categórica de cómo gobernaba Ríos Seoane en Deportivo Español puede extraerse del testimonio de Luis María Calcagno, integrante del departamento de Asociaciones Civiles de la Inspección General de Justicia (IGJ).

En una declaración que formuló en sede judicial a mediados de los años ’90, contó que entre las numerosas irregularidades que comprobó en el club había “libros de socios borrados groseramente y escrito otro nombre encima del borrado para darle número de antigüedad para ser candidato en alguna elección, o para poder votar, viendo esto no en alguna ocasión sino en hojas completas”.

También mencionó en su testimonio que, cuando en 1982 lo habían enviado por primera vez al club para asistir a una votación por la reforma del estatuto, Ríos Seoane “se subió a la mesa desde la que dirigía el debate y dirigiéndose a la oposición le dijo ‘ahora se van’, siguiendo una gran batahola e intentos de agresión física de un bando hacia el otro”.