EL MUNDO

Los marines de Haditha van a enfrentar cargos de homicidio

Es un escándalo que puede superar al de la prisión de Abu Ghraib: las propias investigaciones oficiales indican que una patrulla de marines masacró a 24 civiles iraquíes.

Un nuevo escándalo sacude a las tropas estadounidenses en Irak, y amenaza con ser devastador. Investigaciones preliminares del Departamento de Defensa determinaron que en noviembre del año pasado varios marines mataron de forma indiscriminada a 24 civiles iraquíes, incluyendo mujeres y niños, y después trataron de encubrir el incidente. La masacre tuvo lugar minutos después de que uno de sus compañeros, el hispano Miguel Terrazas, muriera al estallar un artefacto explosivo instalado junto a un camino de la localidad iraquí de Haditha, 200 kilómetros al noroeste de Bagdad. Según los expertos, el escándalo podría resultar mucho más grave que el provocado por las torturas ocurridas en la prisión de Abu Ghraib, donde no hubo ningún asesinato.

De los 24 civiles que murieron había tres niños, siete mujeres y cinco personas que viajaban en un taxi. Algunos fueron asesinados mientras aún estaban en la cama, pues la presunta masacre comenzó poco después de las siete de la mañana. Inicialmente, el Cuerpo de Infantes de Marina informó que las muertes habían sido causadas por la explosión que mató a Terrazas, a lo que siguió un tiroteo con insurgentes. No obstante, esa explicación parece haber sido un intento por parte de los soldados de ocultar su crimen. La prueba fundamental en el caso contra los marines muestra algo muy distinto. Se trata de un video grabado por un estudiante de periodismo iraquí tras el ataque, que muestra paredes agujereadas, ropas ensangrentadas y varias filas de cadáveres envueltos en mantas. La otra prueba clave son los testimonios de los sobrevivientes de la tragedia.

En una entrevista al diario The Times de Londres, una niña iraquí de 10 años relató la forma en que mataron a sus abuelos, sus padres, a dos tíos y a un primo de 4 años. “Todos los que estaban en la casa fueron asesinados por los norteamericanos, excepto mi hermano Abdul Rahman y yo”, dijo la menor, Iman Hassan, que se acurrucó en un rincón del salón mientras los militares abrían fuego contra el resto de su familia. “Mi familia no murió inmediatamente, los oímos agonizar”, señaló. Vecinos de la localidad informaron además que hace un par de meses un grupo de estadounidenses regresó a la zona para preguntar sobre el suceso, tomar fotografías y pagar 2500 dólares por cada víctima.

Para anticiparse a los devastadores efectos que seguramente producirá la masacre, el general Michael Hagee, comandante de los marines, se trasladó a Irak para recalcar a las tropas la importancia de respetar a la población civil. “Muchos de nuestros marines se han visto involucrados en combates de vida o muerte o han presenciado la muerte de sus compañeros de armas y los efectos de esos incidentes pueden aturdir”, señaló Hagee. Según fuentes gubernamentales, tres oficiales del Tercer Batallón del Cuerpo de Infantes de Marina ya han sido relevados de sus funciones. El diario Los Angeles Times señaló que los cargos que se podrían presentar contra ellos incluyen homicidio, homicidio negligente, negligencia en el cumplimiento del deber y presentación de informe falso.

Sin embargo, nadie tiene claro a qué pena serán sometidos en caso de ser hallados culpables. El diario británico The Independent afirmó que los marines podrían enfrentarse a la pena de muerte ante lo que es considerado el crimen de guerra más grave en los tres años de ocupación. Sin embargo, es poco probable que una medida de esa magnitud sea tenida en cuenta. En Haditha, las familias de los muertos escuchan emisoras extranjeras a diario, esperando noticias del juicio a los marines. “Están esperando a la sentencia, aunque están convencidos de que la misma será como la de alguien que mató a un perro en Estados Unidos”, dijo Waleed Mohammed, un abogado que está preparando un documento para las cortes iraquíes y la ONU, en caso de que el juicio decepcione. “Porque los iraquíes se han convertido en perros a los ojos de los norteamericanos”, sentenció.

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El incidente fue en noviembre, cuando un marine hispano cayó por una bomba oculta.
Imagen: AFP
 

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