La pelea en que terminó el traslado de los restos de Perón a San Vicente tiene, para los encuestados, un culpable claro: el sindicalismo de raíz peronista que protagonizó los golpes y balazos. En una consulta de respuestas múltiples –los encuestados podían responder mencionando a más de un culpable– los sindicalistas recibieron 25 por ciento de las respuestas, Moyano y su CGT recibieron el 13, y un más genérico “los peronistas” recibió un 21 por ciento. El gobierno nacional, con el 19 por ciento de menciones, quedó tercero en el ranking de la encuesta realizada por Telesurvey Marketing & Opinión Pública.

Los resultados complementarios parecen indicar un matiz claro e importante en la asignación de culpa. Si bien un alto porcentaje, una persona en cinco, responsabiliza al gobierno nacional, un 62 por ciento piensa que la batahola perjudica directamente y mucho al presidente Néstor Kirchner. Esto es, la “culpa” sería por no haber evitado los incidentes, no por haber sido parte de ellos. Sólo uno de cuatro encuestados piensa que el estilo “agresivo” de Kirchner influyó en el violento final del acto de homenaje al fundador del peronismo. Un sólido 72 por ciento cree que eso no tuvo relevancia en la cuestión.

Dos en tres consultados piensa que el presidente tendría razón en soltarle la mano a Hugo Moyano y hacer que renuncie a la conducción de la central sindical. No es sólo San Vicente: exactamente el mismo porcentaje del 69 por ciento cree que la CGT hace un mal trabajo en representar los intereses de los trabajadores.

Parte de las razones de esta imagen negativa asoma en el convencimiento de tres de cuatro encuestados de que los sindicatos están en manos de patotas: 76 por ciento lo ve así, y apenas un 24 cree que los violentos son una minoría que se pueda llevar por delante a los demás. No extraña entonces que el 69 por ciento considere posible que el gobierno intervenga la CGT.