ESPECIALES › ENTREVISTA A JOSé LUIS MéNDEZ, AUTOR DE BAJO LAS ALAS DEL CóNDOR, MENSAJEROS DE LA MUERTE Y SALVAR AL MUNDO DEL TERRORISMO.

“El terrorismo es un peligro presente”

A. Boron: –¿Cómo se manifiesta hoy, cuando ya no incendian cañaverales u organizan invasiones, el ataque terrorista de Washington en contra de Cuba? Le pregunto porque mucha gente piensa que lo que existe en la actualidad es “apenas” un bloqueo económico y que, inclusive, los planes para asesinar a Fidel fueron archivados hace tiempo.

J.L.M.: –La imagen que tratan de imponer los medios de comunicación controlados por el imperio es que ya no hay más atentados terroristas contra Cuba. Pero nada podría estar más alejado de la realidad. El bloqueo generalizado contra la isla es el acto de terrorismo más prolongado de la historia, que pretende someter por hambre y necesidades a más de 11 millones de cubanos. Pero al admitir y proteger en su territorio al terrorista Luis Posada Carriles las autoridades de los Estados Unidos envían un claro mensaje de respaldo a las organizaciones que todavía hoy tratan de imponer el terrorismo como una vía para provocar el ansiado “cambio de régimen” y derrocar a la Revolución Cubana. Por eso los Comandos F-4, el Consejo para la Libertad de Cuba, Alpha-66, la Fundación Cubano Americana y otras organizaciones terroristas pueden moverse con total libertad para hacer colectas, desarrollar sus actividades y emplear los medios de difusión de Miami para incentivar al terrorismo.

Recientemente han sentenciado “simbólicamente” a un terrorista sorprendido con un enorme cargamento de armas y explosivos destinados a fomentar el terror contra Cuba; otros, vinculados a Posada Carriles, hicieron “arreglos” con las autoridades norteamericanas al entregar cientos de armas listas para continuar la agresión contra la isla. Son casos recientes, y basta seguir la prensa local para comprobar que los terroristas se sienten protegidos y libres para actuar a su antojo en Miami.

Es una incongruencia total la pretendida “guerra contra el terrorismo” que dice librar esta administración norteamericana y la política que se sigue con los grupos de anticubanos. Desde siempre éste ha sido un caso de terrorismo doméstico, que ha afectado en el pasado intereses públicos y privados estadounidenses y pese a lo cual Washington nada ha hecho.

Por consiguiente, el terrorismo sigue siendo un peligro claro y presente. Atentar contra el Presidente de Cuba es un deseo largamente acariciado por más de cuatro décadas. Los cuatro terroristas involucrados en el intento de magnicidio en el Paraninfo de la Universidad de Panamá en el 2000 hoy tienen refugio seguro en los Estados Unidos. Nada ha cesado, todo sigue igual, no ha cambiado la voluntad política de las administraciones norteamericanas para dejar de utilizar el terrorismo como un arma para agredir a Cuba y su revolución.

A. Boron: –Pocos casos son pruebas más aberrantes de la falacia de la “lucha antiterrorista” de Bush que el encarcelamiento de “los cinco”. ¿Cuál era la misión que estaban llevando a cabo en el territorio norteamericano y cuál es su situación actual? ¿Cuáles son las perspectivas de su liberación?

J.L.M.: –Desde el mismo triunfo de la Revolución en 1959, el Estado cubano ha tenido permanente necesidad de conocer –para prevenir, actuar y defenderse– los planes de las organizaciones terroristas integradas por cubanos en los Estados Unidos contra la isla. Nunca Cuba ha sido una amenaza para la seguridad nacional norteamericana; jamás se han fraguado actos de agresión contra ese país en territorio cubano. Hemos vivido en permanente alerta, se han ejecutado contra intereses cubanos en y fuera de su soberanía territorial más de cinco mil actos de terror, que han ocasionado miles de muertos, heridos y desaparecidos, la mayoría cubanos, y con millonarias pérdidas materiales.

La voluntad de sucesivas administraciones norteamericanas de tolerar en mayor o menor medida el accionar de los grupos terroristas de Miami ha contrastado con la reiterada disposición de Cuba de informar al gobierno norteamericano de turno sobre planes que habrían puesto en peligro la seguridad de ambos. Cuando en la década de los setenta no se hablaba, ni se trabajaba contra el terrorismo en la región del Caribe, se firmaron con los Estados Unidos y otros países una serie de acuerdos bilaterales contra el flagelo terrorista y la piratería aérea. El acuerdo fue derogado cuando explotó en pleno vuelo un avión civil cubano, que ocasionó 73 muertes y la administración de Gerald Ford, sabiendo quiénes fueron sus ejecutores, les brindó protección y sólo años después, en un documento norteamericano desclasificado, se pudo saber que las autoridades norteamericanas disponían de información como para haber evitado ese crimen y otros intentos similares.

En la década de los ochenta, cuando la piratería aérea estaba en auge afectando los intereses y seguridad norteamericanos, el gobierno cubano tomó drásticas medidas que erradicaron ese flagelo de raíz.

En la década de los noventa, cuando narcotraficantes intentaban sabotear la cumbre de Colombia, donde asistiría el entonces presidente George W. H. Bush, se alertó oportunamente a esas autoridades; cuando los terroristas de Miami intentaban actuar contra aeronaves norteamericanas que viajaban a Cuba, se notificó al gobierno de Estados Unidos; en junio de 1998, las autoridades cubanas entregaron a sus pares norteamericanas abundante, concreta y oportuna información sobre las intenciones de los grupos de Miami contra el territorio nacional.

Conocer permanentemente los planes de esos grupos y sólo eso era la misión de los cinco jóvenes cubanos que injustamente, sin cometer ningún delito contra la seguridad de los Estados Unidos, fueron juzgados en una ciudad hostil como Miami, parcializada a favor de los terroristas. Fueron condenados a enormes y desproporcionadas condenas, sólo por luchar contra el terrorismo. Su trabajo protegió al pueblo cubano, pero también al norteamericano y de otros países.

Es la voluntad política irracional de una administración obcecada la que no permite que la justicia prevalezca. Prosigue la batalla jurídica mientras cada día crece más la solidaridad internacional a favor de estos jóvenes luchadores y héroes cubanos, que no cometieron delito alguno y que, este pasado 12 de septiembre, cumplieron nueve años de cruel e injusto confinamiento por luchar contra el terrorismo.

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