Domingo, 13 de agosto de 2006 | Hoy
SOCIEDAD › AYER LEYERON SU “MENSAJE A LA JUVENTUD DEL 2000”
Licastro leyó el texto enterrado en una cápsula del tiempo en 1948, desenterrado por la Libertadora y conservado en una copia que Perón publicó en un libro, más tarde.
Juan Domingo Perón, el líder histórico del Movimiento Justicialista, reapareció ayer en la Plaza de Mayo, en el mismo lugar donde se gestó el 17 de octubre de 1945 o de donde fueron echados los Montoneros, en 1974. El ex embajador Julián Licastro, uno de los mentores de la “tercera posición” en los años de la guerra fría, fue el encargado de leer un documento enterrado dentro de una cápsula de aluminio, al pie del monumento al general Manuel Belgrano. El mensaje de Perón “a la juventud del año 2000”, que había sido colocado allí por primera vez el 12 de agosto de 1948, tuvo que ser reemplazado por una copia, muchos años después, dado que había sido destruido por la llamada Revolución Libertadora, luego del golpe militar de 1955. “Por suerte, el general había guardado una copia y la resistencia peronista también. Igual, Perón publicó el texto de la carta a los jóvenes del 2000 en su libro La Hora de los Pueblos, editado en 1968”, dijo Licastro durante el acto realizado ayer en el paseo público que supo ser bastión del peronismo con Perón.
El texto manuscrito, leído ayer por Licastro, es una ratificación de la “tercera posición”. Esa que era proclamada en los cánticos: “Ni yanquis, ni marxistas, peronistas”. En su legado, Perón asegura que el capitalismo se vale de la libertad “no para elevar la condición de los trabajadores procurando su bienestar, sino para deprimirles y explotarles. Los poseedores de la riqueza no quieren compartirla con los desposeídos sino aceptarla y monopolizarla”. También cuestiona a la izquierda marxista cuando asegura que “los falsos apóstoles del proletariado quieren la libertad más para usarla como un arma en la lucha de clases que para obtener lo que sus reivindicaciones tengan de justas”.
Luego define al peronismo: “Hemos luchado sin descanso para imponer la justicia social que suprimiera la miseria en medio de la abundancia; por eso hemos declarado y realizado la independencia económica que nos permitiera reconquistar lo perdido y crear una Argentina para los argentinos. Y por eso nosotros vivimos velando porque la soberanía de la Patria sea inviolable o inviolada mientras haya un argentino que pueda oponer su pecho al avance de toda prepotencia extranjera, destinada a menguar el derecho que cada argentino tiene de decidir por sí dentro de las fronteras de su tierra”.
Licastro sostuvo que la intención de los organizadores fue “hacer un acto histórico y, también, reivindicatorio de un documento, que como se vio cuando lo leímos, es total y absolutamente actual”. El orador resaltó que en su testamento Perón “parece hacer una alusión, casi, a la guerra que hoy está lacerando el corazón de la humanidad en Medio Oriente, porque dice que las víctimas de las nuevas guerras van a ser los ancianos, las mujeres y los niños”.
Agregó que también hizo “una especie de autocrítica respecto a las limitaciones que en ese tiempo él reconoce que ha tenido el proceso del desarrollo argentino”, pero destacó que igual “rescata, junto con su espíritu, las realizaciones hechas por el Justicialismo”. El texto enterrado en 1948 por Perón debía ser leído el 12 de agosto de 2006, al cumplirse los 200 años de la Primera Invasión Inglesa en Buenos Aires. Perón, que fue tres veces presidente de los argentinos, quería que el documento fuera su testamento público para los jóvenes del 2000, “que nos permitiera reconquistar lo perdido y crear una Argentina para los argentinos”, señala el mensaje de Perón.
En el texto, el líder hace una autocrítica de los gobernantes: “¿De qué han servido las doctrinas políticas, las teorías económicas y las lucubraciones sociales? Ni las democracias ni las tiranías ni los conceptos modernos han sido suficientes para aquietar las pasiones o para coordinar los anhelos. La libertad misma queda limitada a una hermosa palabra, de muy escaso contenido, pues cada cual la entiende y la aplica en su propio beneficio”.
Por eso sostiene que “la humanidad debe comprender que hay que formar una juventud inspirada en otros sentimientos, que sea capaz de realizar lo quenosotros no hemos sido capaces. Esa es la verdad más grande que en estos tiempos debemos sustentar sin egoísmos, porque éstos nos han conducido solamente a desastres”.
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