Domingo, 28 de mayo de 2006 | Hoy
La primera Gran Logia nacional, que viene a ser como una confederación de logias en un país, fue inglesa, surgió el 24 de junio de 1717 y fue la que inició el sistema de las autorizaciones para abrir otras grandes logias. Igual que como hicieron con el fútbol y la FIFA, los ingleses intentaron mantener la llave del secreto mientras pudieran. Para eso ordenaron que para crear una Gran Logia hace falta una serie de requisitos, entre ellos que se conforme con una cantidad de logias determinadas. Para formar una logia se necesitan siete maestros masones. Y al reunir las logias en Gran Logia deben contar con la Carta Constitutiva que, en pocas palabras, es la autorización de la Primera Gran Logia de Gran Bretaña. El mismo día, cuatro años después, apareció la Gran Logia de Irlanda. El mismo día pero 15 años más tarde que la de los irlandeses, fue creada la G. L. de Francia. Entre 1717 y 1760, Europa recibió nueve logias.
En América, EE.UU.fue el primero y Brasil, el segundo. Ambos tienen una variedad de grandes logias que funcionan por zonas geográficas como si se tratara de territorios independientes.
En Argentina las logias masónicas hicieron su llegada con las tropas inglesas en las invasiones a Buenos Aires. Los soldados británicos ya venían con logias internas, con cartas otorgadas por la G. L. irlandesa. Según lo que se había enseñado en la historia, los porteños recibieron a los británicos con agua hirviendo desde las terrazas, pero según los masones, algún inglés se las ingenió para evitar ser hervido y enseñar las bases de la masonería entre los criollos. De allí en más, pasando por la Lautaro, se formaron decenas de logias. En 1857, siete de ellas se reunieron en Buenos Aires y formaron la Gran Logia argentina, deambulando entre unitarismo y federalización, pero en Buenos Aires. Hoy hay varios centenares de logias en el país y unos diez mil miembros entre venerables, grandes maestros, grandes secretarios, aprendices y demás.
Entre las mujeres es otra cosa. En casi todo el mundo, la masonería reconoce a las mujeres y las habilita para ser miembros de logias. Aquí, les estaba vedado. Hasta 1997 las mujeres de los masones en las tenidas (reuniones) abiertas estaban para servir café. Recién en el ’97 se abrió la primera logia femenina, Tres Rosas. En 2000, Aurora del Plata y en 2002 Cibeles. Al año siguiente se creó la Gran Logia Femenina.
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