SOCIEDAD

“Ya escribo cuentos”

Su aprendizaje formal terminó en cuarto grado, cuando dejó la escuela por motivos que prefiere no recordar. Se limita a decir que “las cosas en casa estaban muy mal”. Javier vivió en la calle gran parte de su vida. Un día, en un merendero de Congreso, donde él iba a tomar su mate cocido, le ofrecieron participar del programa. Fueron las personas que ayudaban en ese hogar las que se ofrecieron para ayudarlo a él. Así, “Yo, sí puedo” mediante, lograron enseñarle a leer y a escribir. Ahora se encuentra en la Fundación Tandil, un centro de rehabilitación y prevención para las adicciones, donde llegó hace tres semanas gracias a quienes fueron sus facilitadoras en el programa, que le recomendaron tratar su enfermedad.

Su internación fue voluntaria, gracias a las charlas y al apoyo que le dieron Cecilia, Eleonora y Mora, tres mujeres que además de haberle enseñado, se transformaron en sus ángeles de la guarda. Pasó por dos hogares para chicos sin hogar, pero su estadía duró poco. A pesar de estar en recuperación, confiesa que extraña “la calle, las juntas, ir a la cancha de Boca”. Y a sus amigos, otros diez pibes sin domicilio fijo. Made in Chaco, a los 12 armó y cargó su mochila para llegar a Buenos Aires. “Vivía con mi papá y con mi hermana, que es mayor que yo –su mamá murió cuando él tenía cuatro años–. Pero como con mi viejo estaba todo mal, me fui”, recuerda. Ahora tiene 23.

“Acá tengo las carpetas y el diploma del programa –cuenta–. El curso me duró varios meses. Esto de aprender así es fabuloso porque no sabía nada. Ahora escribo cuentos de terror, como los de Chuky; historias bien sangrientas.” Después de entrar en confianza, admite: “A veces estoy bien y otras mal, hace poco que estoy. Hay días que no me hallo y me quiero ir, quiero volver a la calle”.

Compartir: 

Twitter

 
SOCIEDAD
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.