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La Cámara Federal de Casación Penal anuló las condenas a prisión perpetua que pesaban contra tres exmilitares participantes en 1974 en la llamada "Masacre de Capilla del Rosario" en Catamarca, donde murieron 16 guerrilleros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).

El fallo revocó las penas que en 2013 había dictado el tribunal en lo Criminal Federal de San Fernando del Valle de Catamarca y absolvió a los exoficiales del Ejército Carlos Eduardo del Valle Carrizo Salvadores, Mario Nakagama y Jorge Exequiel Acosta.

Los camaristas Eduardo Rafael Riggi y Liliana Elena Catucci (salvo el voto disidente de Ana María Figueroa) consideraron que no se trató de un delito de lesa humanidad pues la represión había sido ordenada desde el gobierno constitucional que encabezaba la presidenta María Estela Martínez de Perón, y subrayaron que la propia jefa de Estado de entonces felicitó a los militares que sofocaron el ataque del ERP.

También evaluaron que las pruebas ventiladas en el juicio oral no alcanzaron para acreditar que los guerrilleros del ERP del fallido intento de copamiento del Regimiento 17 de Infantería Aerotransportada en la capital provincial se hayan entregado desarmados y luego fuesen ejecutados en forma sumarísima por los tres acusados. Según los camaristas "el material probatorio deja un margen considerable de incertidumbre que impide arribar a un juicio de condena" y, en consecuencia, resolvió la absolución "por duda".

La Cámara dispuso "anular la sentencia recurrida" por el trío de exmilitares y ordenó al tribunal de Catamarca que disponga "la inmediata libertad de los encausados".

Carrizo Salvadores y Nakagama abandonaron ayer, a las 13.30, la prisión de la localidad de Miraflores, mientras que Acosta seguirá preso en Córdoba pues está siendo juzgado por su presunta actuación en el campo de concentración "La Perla".

La llamada "Masacre de Capilla del Rosario" ocurrió entre el 10 y el 12 de agosto de 1974 cuando medio centenar de guerrilleros del ERP secuestraron un autobús en Tucumán y se trasladaron a Catamarca con la intención de copar el Regimiento 17. Nunca llegaron a la base militar porque fueron perseguidos por efectivos de las policías provincial y Federal, hasta que el Poder Ejecutivo de la Nación ordenó la intervención del Ejército, que consiguió la división del grupo. Una parte logró escapar a Tucumán y salvó su vida, pero el resto se internó en el monte, a la altura de la Quebrada de los Walther y la Capilla del Rosario.

Según los testimonios vertidos en el juicio oral por el exrepresor Luis Manzanelli y el exconscripto José Gambarella, los militares no tomaron prisioneros y procedieron a fusilar a los guerrilleros, algunos de los cuáles se habrían entregado con las manos en alto.

Los muertos fueron Mario Héctor Lescano, Juan de Olivera, Héctor Moreno, Rogelio Gutiérrez, José María Molina, Luis Billinger, Carlos María Anabia, Raúl Eduardo Sainz, Juan Carlos Lescano, Luis Roque López, Silveiro Pedro Orbano, Roberto Domínguez Jerez, Rutilio Dardo Betancour Roth, Alberto Rosales y Hugo Enrique Caccivilliani Caligari.