San Lorenzo atacó mucho durante todo el partido, pero San Martín estuvo más certero en la definición. San Lorenzo jugó en gran nivel, atacó una y otra vez, desperdició muchas chances de gol y, finalmente, cayó, de local, ante San Martín de San Juan. Con la derrota (la primera en el torneo), San Lorenzo se quedó con seis puntos y no pudo seguir en la punta. Los sanjuaninos continúan invictos en el certamen.

El equipo local, con el ya clásico 4-2-3-1, asumió el protagonismo desde el inicio, tuvo momentos de muy buen fútbol a partir del juego de Leandro Romagnoli y Sebastián Blanco y dispuso de las mejores oportunidades de gol, pero chocó con la seguridad del arquero Ardente, y los palos y el travesaño del arco rival. Así Blanco (3 m y 13 m), Julio Buffarini (11 m), Mauro Cetto (12 m), Matías Caruzzo (27 m) y Pablo Barrientos (38 m) no concretaron ninguna de las seis ocasiones que generó el equipo.

Cetto y Caruzzo estrellaron un cabezazo y un remate en el palo derecho, sucesivamente, y a su vez Barrientos otro disparo en el travesaño. Esas fueron las tres más claras. Y en las otras tres apareció Ardente o la falta de puntería de los futbolistas locales.

San Martín, por su parte, se paró con un 4-4-2 para jugar de contraataque y tuvo en Bueno a su jugador más profundo. El uruguayo ex San Lorenzo avisó primero y al ratito concretó, tras un centro preciso de Mauro Bogado, pero sin celebrarlo públicamente. El resultado, al cabo del primer tiempo, fue injusto porque San Lorenzo mereció mejor suerte, pero pagó caro su falta de contundencia.

En la segunda etapa, empujado por su gente, el local no mermó en su búsqueda, tuvo un juego dinámico y exigió una y otra vez a Ardente, la gran figura de la cancha, que se lució ante Matos (48 m) y frente a Cauteruccio (61 m y 70 m), quien ingresó por Mussis para darle al equipo mayor presencia ofensiva en el área rival. Luego el ex Quilmes se perdió un gol increíble justo en la media hora del complemento.

En el afán por ganar más rapidez en el juego, Bauza mandó a la cancha a Villalba y a Verón por un apático Barrientos y un cansado Romagnoli, respectivamente. Llegó a la merecida igualdad con un soberbio cabezazo de Cetto, tras un gran tiro libre de Blanco. El 1-1 se ajustaba un poco, pero no del todo, a la realidad del partido.

Sin embargo San Martín, 180 segundos más tarde, aprovechó un contraataque perfecto y se llevó el triunfo con un tanto de Figueroa. Fue un premio para el más certero y un castigo para el menos efectivo. “Nos pelotearon mucho, hicimos nuestro juego y ganamos. Nos llevamos tres puntos con suerte”, reconoció Ardente, el responsable del triunfo. “Tapé un par de pelotas, estoy para eso. Este triunfo vale mucho en lo anímico, y vamos a darles pelea a todos los rivales” aseguró.