Fernando Marín y Armando Pérez, dos nombres con demasiados cuestionamientos.
Imagen: Télam.

El fútbol no puede salir de su gran desbarajuste. El Comité Regularizador de la AFA no normaliza ni armoniza criterios. El presidente de Lanús, Nicolás Russo, dice que “Armando Pérez se quiere quedar hasta 2019”. Los clubes del Ascenso –y no pocos de Primera– evaluaron parar los campeonatos de nuevo si no aparece el dinero que les debe el Gobierno durante esta semana. Fernando Marín declaró que no se pagó “por algunos temas administrativos que ya se resolvieron”. Horacio Gennari, el nexo entre Time Turner y la asociación para adquirir los derechos de TV, teme “el desgaste que le genera al grupo no saber con quién hablar”. Esa sospecha se contrapone con la presencia de la multinacional en la mini Davos que armó el presidente Mauricio Macri. Pero los problemas no son sólo de dinero. También son políticos y al menos aparecen dos con nitidez: la mayoría de los dirigentes pretende ir a elecciones en la AFA y se anticipa una discusión a largo plazo para que se aprueben o rechacen las sociedades anónimas deportivas (ver aparte).

Cuentan que Pérez, el presidente de Belgrano en uso de licencia y principal accionista de la concursada TSU Cosméticos, frenó a quienes lo cuestionan con una frase muy gráfica: “Yo soy la FIFA”. En rigor, no se equivoca. Es el presidente de la comisión designada por la federación internacional con una indisimulada intervención del gobierno argentino. El empresario es resistido más adentro que afuera. Russo le dijo a Página/12: “Se maneja sin darle cabida a los dirigentes. Tengo entendido que en una reunión con Macri, Angelici y Marín les comentó que quiere quedarse en la AFA hasta el 2019 porque no le da el tiempo para arreglar todo”.

Esa idea está muy lejos de ser convalidada por los clubes. Quieren que se vaya pronto, aun cuando tiene mandato hasta el 30 de junio de 2017. Los dirigentes de 3533 instituciones afiliadas directa o indirectamente a la AFA le entregaron una carta al escribano Fernando Mitjans, presidente del Tribunal de Disciplina, hace un mes. Lo eligieron a él porque es un hombre cercano al titular de la FIFA, Gianni Infantino. En ella advertían que si no se eligen autoridades en el fútbol nacional, el Comité Regularizador que preside Pérez pasaría a “transformarse en una intervención lisa y llana”. Sostienen los denunciantes que la asamblea de la AFA podría autoconvocarse para definir los pasos a seguir. Por lo pronto, el miércoles se reunirán los dirigentes del Ascenso.

Mitjans no tiene sintonía con Pérez. Tampoco Daniel Angelici, otro hombre clave en el entramado de poder del fútbol. El clima político se enrareció más porque el gobierno nacional no les depositó a los clubes los fondos que les adeuda del Fútbol para Todos (FPT). Al punto de que se reflotó una amenaza de lockout porque la cadena de pagos podría romperse con los campeonatos ya iniciados. Las instituciones no cobran y los jugadores por añadidura. Esa no es la única razón del malestar contra Pérez y el resto de la comisión normalizadora. “Prometieron que los operativos de seguridad iban a tener un 30 por ciento de descuento y no cumplieron”, informa un directivo del Ascenso.

Marín, el responsable del FPT, sigue a Pérez en el ranking de impopularidad entre la dirigencia. “A la AFA no puede entrar”, le cuenta Gennari a Página/12. Sus promesas incumplidas parece que serán honradas en la semana que se inicia. “La plata que se garantizó hace dos semanas con la firma del acta-acuerdo entre el Comité Regularizador de la AFA y el ascenso estará este lunes. Es lógico que los clubes de las categorías menores muestren molestia y nerviosismo” admitió el funcionario y ex propietario de Blanquiceleste, la empresa con la que administró a Racing en el período 2000-2006. Su paso por el club de Avellaneda quebrado siempre será recordado por el título de campeón en 2001, las deudas que dejó y su sociedad con dos off-shore que no cumplían las normas de la IGJ. Una de ellas del multimillonario jeque etíope Mohammed Hussein al Amoudi.

En los pasillos de la AFA que Pérez y Marín no pueden recorrer sin ser mirados con recelo, el personal sigue a la defensiva. Se desplaza a unos empleados en beneficio de otros nuevos. El experimentado periodista Ernesto Cherquis Bialo fue despedido en julio y le inició una demanda a la AFA y a la FIFA. Tiene una audiencia de conciliación el 4 de octubre que bien podría derivar en un juicio millonario si no llega a un acuerdo. También se corrió de sus funciones a Raúl Steimberg, un hombre siempre dispuesto a cada requisitoria periodística.

En el área de Medios y Comunicación, la comisión nombró a Karina Graziano como directora (ex productora ejecutiva de Artear y hacedora de un documental sobre los desaparecidos japoneses durante la dictadura del 76), a Francisco Nabais como jefe de prensa de las selecciones nacionales y a Miguel Hirsch como coordinador de prensa. El grupo de periodistas que había ingresado a la AFA bajo los auspicios de Marcelo Tinelli cuando era secretario del área quedó relegado a funciones subalternas.

Mientras los postulados de normalidad de la comisión normalizadora no se perciben con nitidez, el Fútbol para Todos continúa vaciándose. Gennari, el representante de la AFA en ese programa todavía en manos del Estado, acaba de renunciar al cargo. Actual consultor de Telefe y ex asesor de Julio Grondona, acercó a Turner y la asociación para negociar los derechos televisivos cuando vuelvan a manos privadas. “Mi miedo es que el grupo se desgaste por todo lo que está pasando”, dice, interesado como está en que la operación se concrete.

La superposición de conflictos económicos y políticos, la judicialización de los mismos y el papel del Estado en el desguace del FPT y su aliento a las sociedades anónimas deportivas componen un escenario que se asemeja a un coto de caza. El fútbol es la presa codiciada. Porque cómo decía el periodista Dante Panzeri: “Muchos son los problemas de difícil solución por escasez de dineros. El del fútbol es quizás el único en el que las soluciones son difíciles por abundancia de dinero”.