La independencia de México tuvo dos gritos, en dos fechas: el de la noche del viernes, cuando el presidente Vicente Fox cumplió con un gris ceremonial oficial en el pueblo de Dolores, en su natal Guanajuato; y el de la tarde de ayer, en el Zócalo capitalino, cinco horas después del desfile anual militar, que retumbó: “¡Presidente! ¡Presidente! ¡Presidente!”. Andrés Manuel López Obrador –de espaldas al balcón central del Palacio Nacional– se estremeció, erigido como “presidente legítimo de México” por los delegados de la Convención Nacional Democrática, mientras los dirigentes del Partido de la Revolución Democrática, del Partido del Trabajo y de Convergencia para la Democracia le levantaban los brazos. “Es la fundación de la Cuarta República”, dijeron, mientras una plaza colmada con entre 750.000 y un millón de manifestantes los vitoreaban.

Así, la Convención Nacional Democrática declaró ayer “legítimo presidente de México” a Andrés Manuel López Obrador, quien nombrará a un gabinete propio. Su gobierno tendrá sede en la Ciudad de México y una representación itinerante por todo el país. Los delegados decidieron que la “toma de posesión” será el próximo 20 de noviembre (aniversario de la Revolución Mexicana), en lugar del 1º de diciembre, día en que Felipe Calderón iniciará su gestión como presidente constitucional.

Previamente, los delegados a la CND habían rechazado “la usurpación” y desconocido a Felipe Calderón como presidente de la República, así como a sus funcionarios y todos los actos de su “gobierno de facto”. Luego expresaron su repudio a la “república simulada” y abolieron el régimen de corrupción y privilegios, y finalmente reconocieron el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales del 2 de julio. Ya en el arranque de la Convención, la escritora Elena Poniatowska había llamado a luchar contra el “gobierno espurio” que encabezará Felipe Calderón a partir del 1º de diciembre.

En tanto los partidos que integraron la coalición Por el Bien de Todos, que postuló a López Obrador como candidato a la presidencia de la República, se aglutinaron en un Frente Amplio Progresista que ayer fue constituido con el objeto de “impulsar la resistencia civil pacífica contra la imposición; la transformación del país; las reivindicaciones populares, y la coordinación unitaria en el Congreso de la Unión y en los próximos procesos electorales”.

Según López Obrador, este Frente será el espacio para articular a los ciudadanos y organizaciones políticas y sociales que se expresaron durante la campaña, así como nuevas adhesiones, pero sobre todo “surge a tiempo para hacer frente a la alianza del bloque derechista integrado por las cúpulas del PAN y del PRI; el Frente enfrentará a esta minoría rapaz que tanto daño ha hecho al país”, dijo, y recordó que pareciera que hemos vuelto al siglo XIX, cuando la lucha era entre liberales y conservadores. “Ahora es entre derechistas y progresistas.” Sobre su designación como “presidente legítimo”, dijo que es un acto de resistencia civil pacífica, “para que aprendan a respetar la voluntad popular”.