La Asamblea Constituyente boliviana cerró sus puertas por un mes. Así lo anunció en la noche del viernes la mesa directiva, que sostuvo que no existen garantías en Sucre para seguir sesionando. Este duro golpe para el gobierno de Evo Morales, quien intentó por todos los medios evitar un cierre, no fue el único que tendrá que enfrentar el oficialismo. Un Tribunal de Garantías Constitucionales dejó ayer sin efecto la resolución de la Constituyente de sacar de la agenda el pedido de Sucre de volver a ser la sede de los tres poderes nacionales. El oficialismo, fuerte en La Paz –actual sede del Ejecutivo y Legislativo– se negaba a discutir el tema y había conseguido imponer su mayoría. Sin embargo, esa votación encendió una serie de protestas que en unas pocas semanas desestabilizó al país. Ayer, después de conocer el fallo, los manifestantes de Sucre decidieron levantar todas las medidas de fuerza.

Hoy comenzarán las conmemoraciones por el aniversario del golpe de Estado contra el presidente chileno Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973. Será la primera vez que los chilenos recuerden el golpe después de la muerte de su artífice, el dictador Augusto Pinochet. Desafiando a las autoridades de Santiago que prohibieron marchar por las calles aledañas al Palacio de la Moneda, las organizaciones de derechos humanos y el Partido Comunista anunciaron ayer que mantendrán el recorrido de los últimos años, que pasa por el costado del Palacio Presidencial. Los actos continuarán el martes, cuando se cumplan 34 años del fin del gobierno socialista y el inicio de la dura dictadura pinochetista, que dejó más de tres mil muertos y desaparecidos y cerca de 28 mil torturados y presos políticos.