Domingo, 9 de septiembre de 2007 | Hoy
Como parte del armado de su imagen internacional, la candidata llega hoy a Alemania en una minigira de cuatro días que termina en Austria, incluye encontrarse con la premier alemana y visitar una fábrica de turbinas de la litigiosa firma Siemens.
Por Fernando Cibeira
Desde Berlín
La instalación de su figura a nivel internacional sin dudas ha sido un capítulo relevante del armado de Cristina Fernández de Kirchner como aspirante a la presidencia. La senadora dará un nuevo paso en esa dirección hoy cuando llegue a Alemania en el marco de un viaje de cuatro días que finalizará en Austria y que tendrá su plato fuerte el martes cuando se encuentre con la canciller alemana Angela Merkel, la mujer más poderosa del mundo, según la evaluación de la revista Forbes.
Aunque para las elecciones falta poco, Cristina Kirchner todavía tiene algunos viajes más en carpeta. En dos semanas acompañará a su marido, el presidente Néstor Kirchner, aunque con agenda propia, a la Asamblea General de la ONU, en Nueva York. Luego también viajaría a Chile y a Brasil para encontrase con Michelle Bachelet y Luiz Inácio Lula da Silva. Pero, de todos estos, el que inicia hoy en Alemania es el más significativo, dado que lo hará sola –con la única compañía del canciller Jorge Taiana– y se entrevistará con dos jefes de Estado.
La candidata no se instalará directamente en Berlín, sino que hará una escala previa en Wolfsburgo. En esta ciudad, hoy, Cristina Kirchner visitará la planta de Volkswagen, el mayor centro mundial de producción de automóviles y se reunirá con el presidente del directorio de la automotriz, Martin Winterkorn. La senadora completará la visita a la fábrica mañana por la mañana y por la tarde viajará a Berlín.
Junto a su marido, Cristina ya estuvo en Volkswagen durante su viaje a Alemania en abril de 2005. Que ahora vuelva debe interpretarse como un gesto a la buena relación que los K mantienen con Viktor Klima, el ex canciller socialdemócrata de Austria que preside desde hace años la filial argentina de la automotriz alemana. Incluso, hay quienes ven la mano de Klima detrás de todo el armado de esta gira en tierras germanas en el tramo final de la campaña. Hay un dato cierto: Klima debe ser el empresario extranjero que mejor relación supo armar con los Kirchner.
Mañana por la tarde será la oportunidad de escuchar el único discurso previsto de la candidata durante este viaje. Será por la tarde, en Berlín, cuando hable en un encuentro de las cámaras empresariales y la Unión Industrial de Alemania. Su reciente prédica ante auditorios empresariales, en la que muestra a la Argentina como una buena opción para hacer negocios, tendrá su apartado internacional.
El martes, en tanto, arrancará visitando otra fábrica: en este caso, la de turbinas de Siemens. La firma alemana ganó una licitación en Argentina para proveer cuatro turbinas para plantas generadoras de energía de ciclo combinado. El Gobierno imaginaba que Siemens desistiría de la millonaria demanda que llevó a la Ciadi por la rescisión del contrato para renovar DNI firmado durante el gobierno de Carlos Menem. El tribunal arbitral del Banco Mundial ya tuvo un fallo contra la Argentina en el caso, obligándola a pagar 208 millones de dólares de indemnización. La sentencia fue apelada y Argentina sigue esperando que Siemens haga un gesto de buena voluntad. Seguramente, en la recorrida por la planta y, a la noche, cuando cene con sus directivos, Cristina tendrá alguna novedad.
Ese mismo martes, la senadora se verá con Merkel y con su ministro de Economía, Michael Glos. Según se comenta, Merkel debió dejar de lado más de una cuestión protocolar para hacerle un hueco a Cristina en su agenda. Para empezar, no es habitual que los cancilleres de Alemania reciban a un candidato presidencial extranjero. Menos aún, que accedan a fotografiarse con ellos. Cristina Kirchner conseguirá ambas cosas.
Cuando los Kirchner vinieron en 2005, el canciller era Gerhard Schroeder. Kirchner recién conoció a Merkel el año pasado, cuando coincidieron en Viena en ocasión de la cumbre Unión Europea y América Latina, aquella que lanzó a la fama a Evangelina Carrozzo, reina del carnaval y ecologista. En esa reunión, Merkel trajo a cuento la situación argentina con el Club de París, del cual Alemania es integrante. El gobierno de Merkel es partidario de que la deuda argentina de 5500 millones de dólares sea negociada a través del FMI, pero Kirchner se resiste.
Es difícil saber de antemano qué tanto se hablará de asuntos oficiales en la reunión entre las dos mujeres, dado que de un lado habrá una jefa de Estado y del otro una candidata a serlo, aunque con muchas probabilidades de concretar su deseo.
El miércoles, la gira de Cristina Kirchner cerrará en Austria. Tendrá en Viena una audiencia con la presidenta del Congreso, Barbara Pramer. Y luego clausurará la visita con una reunión con el presidente de Austria, Heinz Fischer, en su despacho en el Palacio Hofburg. Fischer, socialdemócrata en un país donde el primer ministro es conservador, es otro buen amigo de Klima y ya recibió a los Kirchner en su despacho el año pasado. Y apenas recibió la idea, accedió a un encuentro con Cristina y Taiana.
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