–¿Quisiera decirme qué camino debo tomar para irme de aquí?
–Eso depende del lugar a donde quiera ir –respondió el Gato.
–No me preocupa mayormente el lugar... –dijo, Alicia.
–En tal caso, poco importa el camino –declaró el Gato.

(Lewis Carroll. Alicia en el país de las maravillas.)

El camino es lo que divide a no pocas fuerzas políticas. División que en tiempos de elecciones se profundiza. No fueron caras extrañas las que se vieron en los festejos del socialista Hermes Binner en Santa Fe. Entre ellas, sobresalía la del porteño Aníbal Ibarra. Con un ojo puesto en las urnas y otro en cuidar sus bolsillos, el cordobés Luis Juez se tomó un momento para comunicarse telefónicamente con quien será el primer gobernador socialista de Argentina. El bonaerense Martín Sabbatella, también de diálogo telefónico constante con Binner, estuvo presente. “Más allá de que no tenemos un vínculo orgánico, los cuatro pertenecemos al mismo espacio político”, destaca Ibarra en diálogo con este diario. Cuáles son las propuestas e ideas que unen a este grupo de dirigentes; qué distancia mantienen con el gobierno nacional y con el denominado proyecto transversal son algunas de las preguntas que Página/12 formuló a los protagonistas de una iniciativa que naufragó y se reflotó en varios momentos de la historia argentina.

Cuando Néstor Kirchner llegó a la Casa Rosada, la palabra transversal comenzó a dominar el discurso político. No era una definición nueva. En los ’90, el término acompañó al fin del menemismo. Transversal fue la palabra empleada para explicar la construcción que se nucleó alrededor del frepasista Carlos “Chacho” Alvarez. Como transversal también podrían definirse muchas ingenierías frentistas: el Frejuli en 1973 y Forja, el desprendimiento de radicales que se fundió en el naciente peronismo.

Con el kirchnerismo entregado a los brazos del peronismo, tanto Ibarra y Juez, como Binner y Sa-bbatella se ilusionan con una construcción propia. “Los cuatro coincidimos en que es necesario tener un perfil independiente del gobierno nacional”, sostiene Ibarra. Es Juez quien aparece más distante del matrimonio Kirchner. Luego de denunciar por fraudulentas las elecciones cordobesas, le pidió a Cristina Fernández que rompa su mutismo. Primero criticó a Julio De Vido y a Ricardo Jaime, luego subió la apuesta y le dijo al propio Kirchner que conjugara bien los verbos. Luego de que el Presidente declaró que en alguna ocasión él había ganado por tan sólo 111 votos, Juez destacó que en Córdoba no se trataba del verbo “ganar sino del verbo robar”.

“Juez está defendiendo la expresión popular. A él le robaron la elección y está bien que dé la pelea. A pesar de las diferencias, no se planta a cascotear al gobierno nacional”, analiza Ibarra cuando es consultado por este diario. Sabbatella no dudó en volar a Córdoba cuando vio que Juez lagrimeaba frente a las cámaras televisivas. El intendente de Morón ya dejó de ser una joven promesa de la política argentina. En las elecciones del 2003 se impuso por más del 50 por ciento de los votos. Desde hace tiempo apuesta a construir un partido propio en la provincia de Buenos Aires y en otros lugares del país. El Encuentro por la Democracia y la Equidad se define como nacional, popular, progresista y de centro izquierda. Sabbatella imagina un futuro político junto a Juez, Binner, Ibarra y también con Daniel Filmus y Graciela Ocaña, entre otros. “Cuando se ordene el sistema de partidos políticos en torno de las ideas, muchos de los que están juntos estarán separados y muchos de los que estamos separados estaremos juntos”, afirma el intendente de Morón. En el partido de Sabbatella consideran que el gobierno de Kirchner es un paso adelante. Coinciden con Ibarra y con Binner en señalar que “una mejor calidad institucional y una mejor distribución de la riqueza” son las tareas pendientes. También señalan que no se podrán llevar adelante mientras Kirchner se apoye “en un armado que reúna a Alberto Descalzo, Raúl Othacehé, Mario Ishii, Gildo Insfrán, José Manuel de la Sota o Juan Carlos Romero”.

Para muestra vale un botón. Los seguidores de Sabbatella comentan que el candidato kirchnerista en Morón es Gabriel Barquero. ¿Quién es el Barquero del que recelan los hombres del intendente de Morón? “Este hombre que se presenta como el referente del kirchnerismo y de la nueva política en Morón es el sobrino y secretario privado del ex senador Horacio Román. Fue duhaldista furioso y desde hace un par de años, director provincial del Instituto de Previsión Social”, subraya uno de los colaboradores de Sabbatella, que pide reserva de su nombre. El currículum de Horacio Román lo muestra como un pilar de Eduardo Duhalde y de la “maldita Policía” Bonaerense.

Los cuestionamientos de Sabbatella, como los de Juez, son, para Ibarra, “realidades de distritos diferentes”. Distintas a las de Binner en Santa Fe. El socialista recibió las felicitaciones de Kirchner, así como evitó pronunciarse por un presidenciable. Eso no es obstáculo para que marque límites con la Rosada. “Mejorar a Kirchner sería algo titánico”, supo decir en el 2005.

Juez no presentará candidatos nacionales. Algo que le restará apoyo a la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner. Sabbatella va por su reelección. Se respalda en Nuevo Morón, una construcción política vecinalista. No apoya candidatos nacionales, ni provinciales. Para votarlo habrá que cortar boleta. Binner no eligió candidato a presidente pero el líder de su propio partido, Rubén Giustiniani, es candidato a vicepresidente con Elisa Carrió. Ibarra le dará su voto a la primera dama. Hoy por hoy, el espacio aparece invertebrado. Transversalidad es, por definición, lo que atraviesa de un lado a otro. Los navegantes afirman que “con el viento en dirección de través, a igual esfuerzo se puede navegar en sentidos opuestos”. La elección entonces es hacia dónde ir y qué camino tomar.