La fortuna no acompañó ayer a Jorge Telerman, quien en sus últimos afiches de campaña afirmaba –como una última apelación al voto de los porteños– “El pelado trae suerte”: quedó fuera de la segunda vuelta de las elecciones a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por tres puntos y el próximo 24 de junio será un observador más de la pelea mano a mano entre Mauricio Macri y Daniel Filmus. “Perdimos la batalla del diálogo con las preocupaciones de la sociedad”, analizó el mandatario local y anticipó que se pondrá “a disposición de quien resulte ganador para garantizar la gobernabilidad” del distrito, además de destacar en más de una ocasión la “contundencia” del triunfo del candidato de PRO. En el comando electoral de Telerman la desazón por la derrota se mezclaba con asombro por la magnitud de la victoria del macrismo.

Las señales de alerta en el equipo de campaña de Telerman se encendieron temprano a la mañana: poco después de la apertura de la votación, el jefe de Gobierno empezó a recibir datos de boca de urna que daban a Macri ganador en primera vuelta.

El jefe de Gobierno comprendió entonces que, aun cuando lograra entrar en el ballottage, sus chances de seguir otros cuatro años en su cargo empezaban a diluirse porque los números indicaban que perdería 65 a 35 a manos del empresario. “El kirchnerismo no le va a regalar a Macri la segunda vuelta, pero no va a poder revertir la tendencia porque quedó claro que la sociedad quiere un cambio”, evaluaban anoche en el comando de campaña de Telerman ya después de reconocer la derrota.

El panorama para Telerman terminó de complicarse a media tarde, cuando la mayoría de las bocas de urna empezaba a arrojar resultados que lo dejaban directamente fuera del ballottage. Aunque todos sus ministros y hombres de confianza se aferraban a los sondeos propios que los daban como uno de los protagonistas del duelo final dentro de tres semanas, entre la tropa del jefe de campaña que se dio cita en el Palacio San Miguel –convertido en comando de campaña del jefe de Gobierno– se escuchaban frases como “estamos en el horno” o “sobra comida, pero falta esperanza”.

La aparición del secretario de Prensa y Difusión porteño, Oscar Feito, minutos después de las seis de la tarde, no levantó el ánimo de los presentes: habló en potencial del ingreso de Telerman a la segunda vuelta, aunque aclaró que había que esperar.

Recluido con sus colaboradores en el primer piso, Telerman recibió los primeros números, mientras en la planta baja un par de militantes con bombos y otro con un redoblante trataban de animar a los presentes. Varios ministros porteños –Gabriela Cerruti, Enrique Rodríguez, Raúl Fernández y Juan Manuel Velazco– bajaron a bailar al ritmo de la percusión. Coincidió con la llegada de resultados de algunas urnas del Sur que ubicaban a Telerman sobre Macri. Fue la última ilusión antes del arribo de los datos de mesas testigo y los primeros guarismos del escrutinio, que marcaban una desventaja menor pero irreversible con respecto a Filmus.

Telerman reconoció su revés a cuentagotas. Mandó primero a su compañero de fórmula, Enrique Olivera, a admitir el triunfo del macrismo. “Resulta muy claro el contundente triunfo de la fórmula Macri-Michetti”, dijo el acompañante que Elisa Carrió le acercó al jefe de Gobierno. Tal vez traicionado por los nervios de quedar afuera de la pulseada del 24 de junio, Olivera completó: “Les deseamos que tengan éxito en el futuro gobierno”. Al costado del escenario, varios funcionarios porteños se agarraron la cabeza.

Olivera aseguró puertas adentro que había incurrido en “un error”. Telerman salió a enmendarlo y avanzó otro poco en la admisión de la derrota: sólo felicitó a Macri –a quien había llamado minutos antes– y reconoció que había “una leve tendencia a favor de Filmus”.

Más tarde, haría una última aparición para confirmar su tercer puesto, pero ya era tiempo de análisis que daban paso a una primera conclusión: “Hubo un corrimiento hacia Macri del componente antikirchnerista del voto a Telerman”.