Jueves, 8 de abril de 2010 | Hoy
SOCIEDAD › UN NUEVO ALUD EN RíO DE JANEIRO, DONDE LOS MUERTOS YA SON 145
Anoche, otro deslizamiento en la ciudad de Niteroi desbarrancó unas cuarenta y cinco casas y se estima que unas sesenta personas quedaron bajo el barro. También empezó a llover nuevamente, con lo cual se complicaron las tareas de rescate.
Un nuevo y brutal deslizamiento de tierra podría haber soterrado a 60 habitantes de unas 45 casas arrastradas por el barro en Niteroi, una ciudad satélite de Río de Janeiro. Hasta antes de esa nueva tragedia, al menos 145 personas habían muerto, más de 3000 debieron ser evacuadas, 1400 desalojadas y cerca de 400 perdieron sus casas en el estado brasileño de Río de Janeiro, tras el temporal ocurrido entre el lunes y martes pasado. Para afrontar los daños que dejaron los derrumbes y deslizamientos de barro en la capital carioca, las autoridades del estado solicitaron ayer al gobierno federal de Brasil una ayuda de 208 millones de dólares. Anoche empezó a llover de nuevo, lo que complicó además las tareas de rescate.
El martes a la tarde, en el estado de Río de Janeiro llovió durante doce horas seguidas. Hubo zonas donde se registraron más de 280 milímetros de agua, el caudal esperado para todo el mes de abril. Ayer, la ciudad de Río se mantuvo en “alerta máxima todavía”, principalmente por la cantidad de agua encharcada en algunos barrios densamente poblados y ante la amenaza de nuevos derrumbes de viviendas, explicó el alcalde, Eduardo Paes. “Anoche (por el martes a la noche) no tuvimos ningún deslizamiento (de tierra) felizmente, pero existen situaciones muy críticas”, de alto riesgo, señaló el funcionario, que pidió nuevamente “que las personas no ocupen esas casas”, muchas veces ubicadas en laderas de cerros, al borde de precipicios.
“Las personas no tienen dónde ir, están todas condenadas”, dijo a la prensa local Vinicius Gomes, primo de un joven con deficiencias físicas que murió la mañana del martes sepultado bajo escombros, al derrumbarse parte de una ladera de tierra sobre tres casas y una cantina al borde de una colina del Morro do Estado, en Niteroi –ciudad unida a Río por un gigantesco puente–. En ese momento, había otras seis personas en la vivienda. La madre de Gomes pudo ser rescatada viva por Defensa Civil, pero el dueño de una cantina que vivía cerca y otro joven, de una casa aledaña, no tuvieron la misma suerte.
La mayoría de los afectados son personas de bajos recursos que no tienen posibilidades de acceder a una vivienda regularizada. Niteroi fue el municipio más arrasado: 30 derrumbes de tierra, al menos 60 muertos y 40 desaparecidos, según la alcaldía. Ayer, Jorge Silveirala –alcalde de Niteroi– decretó el estado de emergencia y siete días de luto, al tiempo que intentó desplegar un plan de contingencia y alojar a las víctimas en escuelas. “Nuestro objetivo ahora es salvar vidas. Inevitablemente vamos a tener que remover casas en área de riesgo”, dijo el alcalde.
Ayer y por segundo día consecutivo, las escuelas públicas estuvieron cerradas y las autoridades pidieron a los colegios privados que hicieran lo mismo para disminuir el nivel de circulación, en una ciudad que poco a poco intenta recuperar su ritmo habitual.
El gobernador del estado, Sergio Cabral, y el alcalde de la capital, Paes, pidieron al gobierno federal una ayuda de 208 millones de dólares para afrontar los gastos por los daños causados durante las lluvias. Los funcionarios se reunieron en Río de Janeiro con el ministro de Integración Nacional, Joao Santana, quien confirmó a la prensa el pedido de Paes y Cabral al gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva: 370 millones de reales (207,8 millones de dólares).
Las autoridades usarán 100 millones de reales para obras de emergencia en los próximos seis meses, abarcando 38 puntos críticos afectados por las lluvias, con protección de laderas en favelas contra derrumbes de tierra y drenajes. Los otros 270 millones se destinarán a efectuar obras “imprescindibles” en la Plaza de la Bandera, paso vital de conexión entre el centro de Río de Janeiro y la populosa zona norte, con vistas a evitar las inundaciones que se repiten en el área. “El ministro va a llevar nuestro pedido al presidente Lula”, señaló Paes, y resaltó que “mañana (por hoy) ya debería haber una respuesta a nuestra solicitud”.
Luego de que Lula criticara los “desmanes administrativos” que permitieron a miles de personas vivir en lugares “inadecuados” y de forma “desordenada” y que Cabral atribuyera la tragedia a la existencia de asentamientos irregulares, el alcalde Paes anunció que comenzarán a remover casas y hasta 2000 familias de dos favelas, incluida la mayor de Río, Rocinha.
La Cancillería argentina transmitió al pueblo y al gobierno del Brasil la solidaridad y las sentidas condolencias a los familiares de las 145 víctimas fatales. En el comunicado firmado por el canciller Jorge Taiana, se informa que la Argentina ya puso a disposición de las autoridades brasileñas la ayuda inmediata y los elementos que se estime necesario proveer para asistir a los miles de damnificados por las inundaciones.
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