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Sin sorpresas, el oficialismo del presidente ruso, Vladimir Putin, se impuso en las elecciones legislativas y volverá a controlar el Parlamento federal con un apoyo de entre 44 por ciento y 48 por ciento de los votos, según los primeros bocas de urna.

"Ya se puede anunciar con seguridad. El partido logró un muy buen resultado. Ganó", celebró Putin ante un grupo de simpatizantes ni bien se conocieron estos primeros números, mientras su primer ministro, Dimitri Medvedev, adelantó que "está claro que tendremos mayoría en la Duma de Estado (Cámara baja del Parlamento), aunque habrá que ver qué mayoría".

Rusia Unida, la fuerza gobernante formalmente liderada por Medvedev, será la primera minoría con un 44,5 por ciento, seguida por el Partido Liberal Democrático (PLDR) del ultranacionalista Vladímir Zhirinovski, con un 15,3 por ciento; el Partido Comunista (PC), con un 14,5 por ciento, y el socialdemócrata Rusia Justa, con un 8,1 por ciento, según un sondeo de boca de urna del Centro de Estudios de Opinión Pública. Excepto por el PC, los otros partidos son aliados de Putin.

Según este sondeo, ninguno de los partidos de la oposición más crítica que intentaba entrar en el Parlamento logró superar el umbral electoral del 5 por ciento. Un segundo boca de urna, difundido por los medios rusos, colocó al oficialismo en una casi mayoría absoluta con el 48,7 por ciento de los votos, lejos del PC, con 16,3 por ciento, del PLDR con un 14,2 por ciento y de Rusia Justa con un 7,6 por ciento.

Mientras el oficialismo se anotó una importante victoria, Putin tuvo que reconocer que la participación "no fue la más alta": el nivel bajó de un 50,4 por ciento en 2011 a un 39,7 por ciento.

Si se confirman los sondeos a boca de urna, los mismo cuatro partidos se dividrán los 450 diputados de la Duma rusa. La única diferencia es que esta vez se utilizará un sistema mixto para otorgar las bancas: 225 por listas de partido y las otras 225 por circunscripciones mayoritarias unipersonales.

Estas elecciones fueron las primeros que incluyeron a la anexada península ucraniana de Crimea. Alrededor de 1,8 millones de crimeos estaban habilitados para votar en los más de 1200 colegios electorales abiertos en la península. Los comicios allí fueron denunciados por Ucrania y por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) y la Comisión Europea, quienes se negaron a enviar observadores a esa zona.