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Familiares, organizaciones de derechos humanos y agrupaciones de izquierda recordaron los diez años de la desaparición de Jorge Julio López, testigo en una causa por delitos de lesa humanidad. Hubocon movilizaciones en la ciudad de La Plata y en Plaza de Mayo para reclamar la "apertura de archivos de inteligencia" que podría permitir establecer su paradero.

En La Plata, cerca de las 13, la familia de López encabezó una Jornada de reflexión en la puerta de su casa, en calle 140 esquina 69, del barrio Los Hornos, desde donde marcharon hacia el parque de la calle 66.

Luego, cerca de las 16.30, en una multitudinaria movilización se dirigieron desde Plaza Moreno, en el centro platense, hacia la Gobernación bonaerense, frente a Plaza San Martín, bajo la consigna "pasan los gobiernos, sigue la impunidad". Más temprano, colocaron una ofrenda floral en el Pozo de Arana, el sitio donde funcionó un centro de detención clandestina durante la dictadura y en el que estuvo secuestrado López.

En tanto, cerca de las 16, centenares de manifestantes de organizaciones sociales, Madres de Plaza de Mayo y agrupaciones de izquierda se concentraron en Plaza de Mayo, para exigir justicia y la "apertura de todos los archivos de inteligencia" para ayudar a esclarecer el caso.

Por su parte, el hijo del albañil desaparecido, Rubén López, criticó a los fiscales que "no cuidaron" como testigo protegido a su padre y aseguró que no investigan "porque son burros o porque alguien no los deja. Pero que asuman las consecuencias". "Ellos dicen que no lo pusieron bajo protección porque se les escapó la tortuga, no se dieron cuenta. La Justicia no responde por qué no lo cuidó ni por qué no lo encuentra. No se termina de entender", expresó en diálogo con TN, desde la manifestación de La Plata.

López era un albañil que a los 77 años desapareció de su casa justo cuando estaba por ir a escuchar en un juicio los pedidos de prisión perpetua para el represor Miguel Etchecolatz. En ese proceso López integraba la querella contra el ex director de Investigaciones de la Policía bonaerense de la dictadura que se convirtió en el primer genocida llevado a juicio luego de la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.

López contó cómo el 27 de octubre de 1976 una patota encabezada por Etchecolatz lo secuestró y torturó por ser un militante de la unidad básica "Juan Pablo Maestre".