La frase pasó algo desapercibida en los medios pero no en la Casa Rosada. “Algunos tenemos nuestras dudas y preocupaciones porque al Presidente lo conocemos, pero a la candidata no la conocemos como presidenta. No vamos a aceptar todo con los ojos cerrados”, dijo el secretario general de la CGT, Hugo Moyano. Fue el miércoles en un almuerzo de la Asociación de Dirigentes de Empresa (ADE). El Gobierno interpretó esas palabras como la punta de iceberg: la expresión pública de muchos descontentos que se vienen cocinando por abajo y en silencio. La opinión de Moyano llegó justo cuando la Rosada se disponía a negociar los lugares en las listas del Frente para la Victoria. Esa tarea se trasladó este fin de semana a El Calafate, donde el Presidente, su esposa y unos pocos allegados decidirán a qué sectores darles candidaturas, en qué cantidad y en qué orden. Uno de los actores a tener en cuenta es la CGT: su aspiración es lograr al menos el 33 por ciento de los cargos; esa ambición choca con los pedidos de los movimientos sociales kirchneristas.

Que los dichos de Moyano generaron cierta molestia en la Rosada lo prueban las respuestas que recibió entre el viernes y el sábado. En fila y con argumentos parecidos salieron a responderle el titular del Suterh, Víctor Santa María; el candidato a intendente de Lomas de Zamora, Fernando “Chino” Navarro; la titular de la Comisión de Mujer, Lucía “Pimpi” Colombo, y el dirigente de la Federación de Tierra y Vivienda, Luis D’Elía. “Si se aborta este proceso, lo que se viene no es la justa distribución de la renta nacional ni la renovación de la política. Lo que se viene es un reajuste estructural”, advirtió ayer D’Elía en referencia a las dudas que había manifestado Moyano. La respuesta colectiva se produjo en medio de la negociación por las listas legislativas del kirchnerismo.

En la pelea por las candidaturas todos los sectores con intereses electorales buscan posicionarse mejor de la forma que pueden. Uno de las estrategias es buscar presionar corporativamente, otra enviar mensajes a través de los medios. En el kirchnerismo creen que Moyano optó por esa alternativa. La relación del Gobierno con la CGT atraviesa una etapa de altibajos: en la calle Azopardo temen que la Rosada termine concediendo la personería gremial a la CTA antes del 10 de diciembre como uno de los últimos gestos de Kirchner antes de dejar la Presidencia. Aparte, la relación está afectada por los humores típicos del tira y afloje por las listas: Moyano y compañía quieren ubicar a Gerardo Martínez (Uocra), Andrés Rodríguez (UPCN), Julio Piumato (UEJN) y Juan Manuel “Bocha” Palacios (ex de UTA) como candidatos a diputados nacionales. También quieren quedarse –en alianza con el PJ bonaerense– con más del 33 por ciento de los cargos para diputados y senadores provinciales.