Otro punto de disputa entre Nación y Ciudad fue el protocolo antipiquetes. Luego de que Patricia Bullrich anunciara que se desalojarían las manifestaciones en minutos, la responsabilidad pasó a la Ciudad, que se negó a aplicarlo. Durante meses hubo presión sobre el ministro Martín Ocampo para que lo hiciera regir. “Sintieron que no estaba en condiciones de hacerse cargo del protocolo. Podía hacerlo en situaciones concretas, como la avenida Avellaneda con los manteros, pero en general les implicaba mucha atención en el tema y no se podían dedicar a la seguridad de los vecinos”, se mostró comprensivo un funcionario nacional. No obstante, advirtió: “Es un tema que no está cerrado. Se sigue discutiendo en el Gobierno”.