Aunque sigue sin ser confirmada, crece la expectativa sobre una posible reunión –el fin de semana próximo–, entre los presidentes de la Argentina, Néstor Kirchner, y del Uruguay, Tabaré Vázquez, para buscarle una salida al conflicto por la construcción de dos papeleras en la ciudad uruguaya de Fray Bentos (ver nota aparte). “Me parece que podrían reunirse, si no hay problemas de agenda”, comentó el vicepresidente del Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, pero se apuró a aclarar que lo decía “a pura intuición”. Los dos mandatarios viajarán a Chile, para la asunción de la presidenta electa de ese país, Michelle Bachelet. Desde Buenos Aires, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, aclaró que hasta ayer no estaba previsto “ningún encuentro” entre los presidentes, aunque reconoció que es necesario “buscar un punto de diálogo” para determinar “si las plantas de celulosa producen contaminación”. Mientras tanto siguen los cortes en dos de los tres puentes y los vecinos de Gualeguaychú realizarán hoy una nueva movilización, sin escuchar los pedidos y advertencias de los gobiernos nacional y provincial para que levanten esas medidas.

Alberto Fernández consideró ayer que “sería bueno” que los asambleístas de Entre Ríos levanten los cortes para “poder abrir el diálogo” y disponer las medidas técnicas necesarias para “garantizar que esas fábricas se desarrollen sin contaminar el medio ambiente”. Por su parte, el gobernador Jorge Busti advirtió que “no se descarta acudir a una medida judicial” para desalojar las rutas. El ministro de Medio Ambiente del Uruguay, Mariano Arana, ratificó que su gobierno no tiene “ningún instrumento legal” para suspender la construcción de las plantas de celulosa, en respuesta al reclamo de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú.

Sobre el corte de rutas, Arana consideró que es “absolutamente ilegítimo y contrario a derecho”. El vicepresidente uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, dijo que le concede “a todo el mundo” el derecho de “expresarse y ejercer sus derechos, con el límite natural de no molestar ni transgredir los derechos de los demás”. El corte, que lleva un mes, “ha causado un daño enorme a los uruguayos, al país en su conjunto”, aseguró Nin Novoa. “Sé que puede haber un interés legítimo de defender el ambiente, pero no podemos ser fundamentalistas, porque el fundamentalismo siempre lleva a acciones indeseables”, recalcó el vicepresidente uruguayo.

En Chile, lugar del hipotético encuentro presidencial, el embajador uruguayo Juan Carlos Pita, consideró que la controversia por las papeleras es “la peor crisis histórica del Mercosur” y advirtió que si la Argentina lleva el problema a la Corte de La Haya, estaría burlando la normativa del bloque de países. “Uruguay tiene el derecho soberano que tiene cualquier país a tener su propia política económica y un modelo de desarrollo nacional”, dijo. Recordó que su país es el único en Sudamérica donde no funciona ninguna planta elaboradora de pasta para papel. Tabaré Vázquez confió ayer en “las buenas intenciones del gobierno argentino” y bajó los decibeles al asegurar que los dos países “han sido, son y serán inevitablemente hermanos, además de vecinos”.

Aunque la reunión presidencial es apenas un buen deseo, la Red Solidaria propuso ya que el cardenal chileno Francisco Erráuriz Ossa oficie de componedor, como alguna vez lo hizo el Vaticano ante una amenaza de guerra entre la Argentina y Chile. Otra ONG, SOS Discriminación Internacional, reclamó al Congreso uruguayo que rechace una propuesta del gobierno para “expulsar extranjeros ante situaciones irregulares”, como la ocurrida en enero durante una pacífica protesta organizada por Greenpeace.