Domingo, 29 de julio de 2007 | Hoy
Esta vez fue en el Abasto y es la historia ya habitual: una excavación mal hecha, un edificio vecino que se raja, vecinos evacuados de urgencia.
Por Carlos Rodríguez
El boom de la construcción, en la Capital Federal, sigue acompañado por el drama de la destrucción, de la casa del vecino. Un nuevo caso se sumó anoche, en Sánchez de Bustamante 641, a pocas cuadras del shopping del Abasto, en el barrio porteño de Almagro. Un edificio de tres plantas, habitado por siete familias, sufrió una rajadura en el frente como consecuencia de las tareas de demolición de una vivienda lindera, donde se construirá un edificio en torre. Los ingenieros de la obra en construcción apuntalaron la casa del 641 hasta el límite del techo de la planta baja, pero no se tomó ninguna precaución respecto del primero y el segundo pisos. Ante el peligro de derrumbe, las cuadrillas de Defensa Civil y de la Guardia de Auxilio de la ciudad ordenaron la evacuación del inmueble, pero hasta el cierre de la edición los moradores de los siete departamentos se negaban a trasladarse a hoteles u albergues ofrecidos por las autoridades de la comuna. Un allegado a las familias le dijo a Página/12 que los afectados “están con mucha bronca, porque hace tiempo vienen reclamando la intervención del gobierno porteño y nunca tuvieron respuesta”.
En lo que va del año se han producido al menos seis casos de derrumbes de viviendas en cuya pared medianera se estaba realizando una obra en construcción. Hay que agregar otros nueve que sucedieron entre los años 2004 y 2006, siempre en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires. El edificio de Sánchez de Bustamante al 600, construido a principios del siglo pasado, tenía el aspecto de solidez propio de la época en que fue levantado. Desde hace un tiempo, luego del comienzo de las obras, los ocupantes de la vivienda observaron algunas pequeñas grietas y comenzaron a realizar denuncias para que se tomaran las prevenciones del caso.
“Nunca hicieron nada y anoche, cuando se produjo la grieta, las cuadrillas de la comuna comunicaron que el edificio no puede estar habitado, al menos por veinticinco días. Les pidieron que se fueran a un hotel, pero la gente se niega porque no quiere abandonar la casa”, explicó a este diario el amigo de uno de los propietarios, un hombre que vive allí con su mujer, su hija de 19 años y un chico de 15, los dos estudiantes.
La grieta, vertical, va desde el techo de la planta baja hasta la terraza del segundo piso. Los operarios que trabajan en el apuntalamiento de emergencia temían que se pudiera producir un derrumbe. La casa de tres pisos está en Sánchez de Bustamante, entre Guardia Vieja y Humahuaca. La parte derecha del edificio se desplazó unos centímetros hacia el pozo abierto en la casa lindera, en dirección a Guardia Vieja. Los siete departamentos están ocupados por otras tantas familias.
La grieta dañó los seis balcones franceses que tiene el edificio en los pisos primero y segundo. Anoche, en el lugar se hicieron presentes los arquitectos Daniel Chain y Juan Carlos Villanueva, quienes serían los responsables de la obra en construcción. Los dueños de las casas eludieron hacer declaraciones a la prensa. “No es el momento, estamos muy calientes”, expresó uno de ellos ante la consulta de este diario.
Anoche, como viene ocurriendo en los últimos tiempos, no fue posible obtener ninguna información de parte de las autoridades del gobierno porteño. Entre los meses de marzo, abril y mayo se derrumbaron seis viviendas, en los barrios de Caballito, Parque Chacabuco, Boedo, Palermo, Villa Crespo y ahora en Almagro.
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