El ejército brasileño volvió a negar el terrorismo de Estado. La cúpula militar entregó ayer un escrito al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva cuestionando el informe de derechos humanos presentado por el presidente petista esta semana. “Los hechos históricos tienen diferentes interpretaciones”, sostuvo el alto mando, en referencia a los cientos de relatos de torturas, secuestros, desapariciones y asesinatos que componían la primera investigación oficial de lo que sucedió entre 1964 y 1985. “Consideramos que es un retroceso a la paz y la armonía nacional”, sostuvieron los jerarcas castrenses que dieron en mano al ministro de Defensa Nelson Jobim. Los militares también advirtieron sobre la propuesta de la Comisión de Muertos y Desaparecidos del Ministerio de Justicia de revisar la Ley de Amnistía, aprobada en 1979 durante el último de gobierno de facto. “La Ley de Amnistía, por ser un parámetro de reconciliación, produjo la indispensable concordia de toda la sociedad. Ponerla en cuestión significa un retroceso a la paz y a la armonía nacionales”, escribió el comandante del ejército, general Enzo Martins Peri. Ni Peri ni el resto de la cúpula de las Fuerzas Armadas aceptó participar de la presentación oficial del informe sobre los crímenes de la dictadura. Los comandantes le pidieron especialmente al ministro de Defensa no estar presentes durante la ceremonia el martes pasado. En parte porque el informe acusa al alto mando de esconder la información sobre los desaparecidos. El ejército sigue sosteniendo que todos los archivos de la dictadura fueron quemados.