El Consejo de la Magistratura no logra consenso para elegir a su nuevo presidente. Y la pulseada obedece, en buena medida, a diferencias internas entre los kirchneristas. La elección de autoridades iba a realizarse ayer, pero el plenario fue suspendido con la excusa de que los legisladores que integran el organismo que elige y sanciona a los jueces habían sesionado hasta altas horas de la noche anterior. Habrá reunión en dos semanas, pero la definición, vaticinan los más pesimistas, podría demorarse hasta marzo.

El enfrentamiento entre oficialistas está encarnado por los diputados Carlos Kunkel y Diana Conti. Kunkel impulsa como candidato a presidir el cuerpo al representante de los abogados, Santiago Montaña, quien suele alinearse con el kirchnerismo en las votaciones más políticas y polémicas. Hasta ayer, sin embargo, no lograba juntar los siete votos necesarios para su nombramiento. La propia Conti fue mencionada como posible titular del Consejo, aunque esta opción habría sido descartada: en la Casa Rosada creen que sería burdo que el cargo lo ocupe un político propio. Prefieren se nombre a un abogado, un académico o, en última instancia, un juez con quien puedan sintonizar.

Montaña no termina de conseguir respaldo por varias objeciones. Entre ellas, que el Colegio de Abogados de Capital Federal, al que reporta, planteó la inconstitucionalidad de la reforma que redujo el Consejo a trece miembros. Además, tiene mala relación con el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, a quien criticó públicamente más de una vez.

Desde que el Consejo fue reducido, su presidente cambia una vez al año y no se lo puede reelegir. La primera votación pos reforma, dos años atrás, tuvo dilaciones hasta que los K unificaron criterios. Finalmente hubo acuerdo para apoyar al abogado Pablo Mosca. El año pasado, sin obstáculos, fue elegido por consenso el académico Mariano Candiotti, de perfil bajo y estilo conciliador. Los jueces hace tiempo reclaman protagonismo. A su vez, tironean entre ellos por quién debería ser el candidato.

Dos de los jueces-consejeros, Luis María Cabral y Miguel Angel Gálvez, pertenecen al oficialismo de la Asociación de Magistrados, la entidad emblemática de la corporación. Su colega Luis Bunge Campos está en la vereda opuesta. Los dos radicales del Consejo, Ernesto Sanz y Oscar Aguad, apoyarían la candidatura de Cabral. Conti podría sumarse y arrastrar a algún otro colega, pero todo está en veremos. El Gobierno tiene una muy mala relación con la Asociación. Bunge Campos también pugna por presidir y tiene la ventaja de gozar de mejor diálogo con Kunkel.

El kirchnerismo no tiene mayoría en el Consejo, pero cuenta con capacidad de bloquear decisiones o inclinar la balanza. Durante las últimas dos presidencias logró una influencia considerable y este año consiguió nombrar como secretario general a un asesor del riñón de Kunkel. Como sea, los problemas históricos del organismo siguen intactos. El Observatorio del Poder Judicial viene señalando las demoras sistemáticas en los concursos, la falta de transparencia y un déficit de acusaciones y sanciones a jueces. La anulación reciente del concurso para dos juzgados federales porteños (que investigan a funcionarios), que llevaba tres años trámite, fue uno de los hechos más elocuentes.